“Usted y sus derechos”/Soñar con la justicia/El libro de un padre

UNO. “Usted y sus derechos”

El padre de Héctor Fuentes, campesino, únicamente leyó un libro en su vida. Se llama “Usted y sus derechos” y fue escrito por el académico de la UNAM, Lucio Mendieta y Núñez.
Todas las noches, luego de llegar a casa cumplida la faena laboral, se daba un baño con lejía, cenaba y sentaba en la sala en un sillón tlacotalpeño con el libro en la mano.
Leía y releía, mínimo, una hora. Luego, cabeceaba y se quedaba dormido.
Tanto leyó aquel libro que se lo fue aprendiendo de memoria y lo recitaba para la familia a la hora de cenar.

DOS. Soñar con la justicia

El libro aquel le enseñó a separar el bien y el mal. Y a soñar con la justicia. Y a creer, fe ciega, que luchando con la ley por delante, la vida es, puede ser, justa.
El librito del maestro y sociólogo le ayudó a defenderse cuando le invadieron una parcelita de 6 hectáreas. Y en el tribunal.
Le ayudó al reparto de una modesta y sencilla herencia de los padres, unos terrenitos, en la rebatinga con los hermanos.
Le ayudó a caminar feliz y tranquilo para ser una buena persona en cada nuevo amanecer.

TRES. Difícil ser justo

Era su único libro de cabecera. A veces, leía la Biblia, la enseñanza de su señora madre, tan religiosa y devota.
Lo hacía, quizá, como una ofrenda filial porque nunca escuchaba misa los domingos.
Tampoco solía persignarse a la hora de levantarse y acostarse. Y en su recámara, ninguna imagen de la Virgencita de Guadalupe ni de Jesús.
Su religión era el libro de “Usted y sus derechos”. En la vida, decía, es fácil ser bueno. Lo difícil es ser justo.

CUATRO. Dichosas compañías

Los últimos años alternaba con “La hora romántica de Agustín Lara” que solían transmitir en las noches en la XEW y de quien era feligrés en su capilla.
Memoria prodigiosa se sabía de memoria montón de canciones del músico-poeta. Nunca las entonaba. Simplemente, las recitaba… para sí, como si fuese el secreto de confesión y que lo mismo hacía con el libro de Mendieta y Núñez.
Las canciones de Lara y el libro aquel eran su más dichosa compañía.

CINCO. Los días como los animalitos

El padre solo estudió hasta el cuarto año de primaria. Suficiente para aprender a escribir y leer y hacer cuentitas.
Su padre se lo llevó al campo. Era, digamos, fue, su destino. Nada más podía esperarse en el rancho. Todos, en la pobreza. Incluso, en la miseria. Vivir en el día con día. Y lo peor, sin conocer la esperanza, la utopía, la ilusión.
Los días vividos como los animalitos. Sin empujar la carreta con todo y que por lo regular suele empujarse sin una ruta crítica.

SEIS. El jardín de sus sueños

Así, cumplió la tarea. Creció, se desarrolló y multiplicó. Fue, como dicen en el rancho, “un burro de carga”. Trabajando duro y rudo y en demasía, incluso, pues “muchas cornadas suele dar el hambre”.
Pero, al mismo tiempo, se creó y recreó aquel paraíso terrenal. Oasis en el desierto. El jardín de sus sueños. Agustín Lara y el libro de Mendieta y Núñez.
Años después, Héctor Fuentes Valdés también anda con el libro de “Usted y sus derechos” en la vida.
Cada noche lee unas páginas. Y las aprende de memoria y escudriña. Y saborea, porque le permiten recordar a su padre y sentirse más cerca que nunca.

Escenarios
Luis Velázquez

TE PUEDE INTERESAR

DOMINGO DE PENTECOSTÉS/B. I.- EN SU PROPIO IDIOMA

(Hch 2,1-11).* Cuando Jesús murió en la cruz entregó el Espíritu (cfr. Jn 19,30b), en …