Conferencias episcopales y organizaciones defensoras de derechos humanos de América Latina condenaron el arresto la madrugada de ayer del Obispo de Matagalpa Rolando Álvarez, y otras ocho personas más que estaban sitiadas en la residencial del clérigo nicaragüense, y expresaron su solidaridad hacia los afectados y sus familias.
La Policía Nacional ingresó por la fuerza a la curia episcopal de dicha ciudad del norte de Nicaragua, entre las 2:00 y 3:00 de la madrugada, para sustraer de forma “violenta” al Monseñor y los demás curas, seminaristas y un laico que habían permanecido allí en un aparente arresto domiciliar desde el 4 de agosto.
“Creemos que lo que se viene es una acusación en contra de Monseñor y probablemente en contra de las personas que lo acompañaban, completamente arbitraria e ilegal”, sostuvo Wendy Quintero, periodista y miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
“Manifestamos nuestro repudio (a las detenciones) y nuestra solidaridad en este momento tan difícil que viven las familias de los presos políticos”, expresó el abogado Juan Carlos Arce, perteneciente a la misma organización.
Desde el estallido social de 2018, el presidente Daniel Ortega ha tachado de “terrorista” al Obispo, quien ha extendido sus llamados a elecciones libres.
Según Quintero, el Obispo se encuentra en detención domiciliar en la casa de su familia en Managua, la cual fue allanada por la mañana, y donde permanece incomunicado.
El arzobispo de Nicaragua, Leopoldo Brenes, máximo jerarca de la Iglesia en Nicaragua, dijo que logró conversar con Monseñor Rolando, y que aunque su condición física estaba “desmejorada”, su ánimo y espíritu “están fuertes”. Con las detenciones de los curas, suman ya 9 religiosos arrestados en las últimas semanas.
Agencias / Nacional