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El mismo día en que se festeja la raza de caballos Akhal-Teke, los turcomanos celebran al perro pastor de Asia Central, raza a la que el presidente de ese país le ha dedicado una oda y le ha erigido una estatua dorada.
Turkmenistán celebró el domingo por primera vez el día festivo dedicado a su raza canina nacional, el pastor de Asia Central, conocido como Alabai, perro al que el mandatario turcomano ya le ha escrito una oda y le ha erigido una estatua dorada.
En el Día de Alabai se llevó a cabo un concurso para encontrar al mejor de estos perros pastores. El presidente de Turkmenistán, Kurbanguly Berdymukhamedov, que dirige esta aislada nación desértica de 6 millones de habitantes desde 2007, concedió el máximo premio a un perro que estuvo en servicio como guardia de fronteras.
El hijo del presidente, el viceprimer ministro Serdar Berdymukhamedov, fue el encargado de entregar el premio que incluía una medalla de reconocimiento para el perro ganador y un automóvil para el dueño.
La nueva festividad se decretó exactamente el mismo día en que se festeja la raza de caballos Akhal-Teke, animal también considerado parte del patrimonio nacional y con los cuales suelen realizarse carreras.
Los perros y los caballos son motivo de orgullo nacional en la antigua república soviética fronteriza con Afganistán, donde son muy utilizados por muchos pastores tradicionales.
El año pasado, el gobierno erigió una estatua dorada de Alabai en una concurrida rotonda de la capital, Asjabad. En otro cruce de calles hay una estatua, también recubierta de oro, del propio presidente Berdymukhamedov, sentado en un caballo.
A pesar de la grandeza y lujos que tiene la construcción de las estatuas, eso no se refleja en la empobrecida población turcomana. Además, el país es clasificado como una dictadura y como el menos libre del mundo según la organización de libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Agencias/Turkmenistán
