Sigue mata y mata.
El Covid-19 sigue matando gente en el mundo, a la fecha las cifras son escandalosas y tenemos que mencionarlas porque a pesar de ser datos funestos y alarmantes, en nuestro país deben de ser consideradas para soportar en un comparativo, el incremento diario de casos en el país.
Mal de muchos…, bajo esa premisa, del adagio popular, el recuento de daños causado por COVID-19 y la interpretación del sector salud del país, arroja datos que en la mayoría de las veces confunde más que aclarar o dar certeza a los mexicanos sobre la convivencia de la población con la pandemia.
Sin duda los médicos, encabezados por Hugo López-Gatell, pretenden dar un panorama diario sobre el avance del virus “estable” más o menos “controlado”, sin embargo, al ofrecer los datos internacionales (Estados Unidos y Europa) exhiben siempre oh, las más de las veces, que el panorama en el extranjero es peor que en nuestro país y al soltar las estadísticas de México, aunque son igual de graves o más, se pretende demostrar que en nuestro país las cosas no están tan nada mal.
La realidad es que el desarrollo de la pandemia en nuestro país sigue siendo igual de grave que en otras regiones del mundo, y el tratamiento informativo cada vez confunde más desde lo que se emite en el centro del país y lo que se replica con las estadísticas en los estados, la mayoría de los casos hace que las cifras no cuadran y, para darnos por enterados, recibimos sólo como realidad los encabezados o títulos de la conferencia de prensa o el reporte del Sector Salud federal o estatal, privilegiando las cifras de mortalidad, dejando a un lado el avance de contagios y, ahora, la ocupación de camas.
En casi tres meses no volvimos a saber de los contagiados que han logrado sobrevivir, los 14 días de incubación del virus, las estadísticas sobre los totales siguen siendo los mismos y no se restan los fallecidos, pero, las cifras aumentan y aumentan, nada se sabe de la acciones nuevas de los estados, por ejemplo en el nuestro, del ataque a los contagios, sólo sabemos que a diario mueren más y más veracruzanos.
López Gatell en las últimas conferencias de prensa vespertinas, donde sigue presumiendo su gran elocuencia como orador, pensó que tan sólo con el discurso elaborado en su mente la pandemia iba a hacer dominada, presumió a lo largo de los últimos meses la supuesta evolución del virus y su curva desde su crecimiento hasta llegar al pico, pero, su pronósticos para la disminución o aplanamiento de la curva, hasta estos momentos, no llega y parece ser que está muy lejos de que empiece a disminuir, los pronósticos fallaron y ya también busca culpables.
Todos los mexicanos que recibimos la información a través de medios electrónicos, redes sociales y prensa, creemos que, efectivamente, los controles sanitarios iban en relación al desarrollo del virus, pero, en realidad tanto el desarrollo como la realidad tienen estadísticas contradictorias que se siguen desarrollando aún y a pesar de la información diaria de López Gatell.
Finalmente, el pronóstico del connotado Secretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, no cuadró y el destino y tiempo lo alcanzó para dejar a un lado los protocolos de sana distancia y recurre, a las directrices del Semáforo Nacional, para controlar con nuevos discursos el desarrollo de la pandemia hacia el interior del país.
Él el doctor Gatell, se amarra el dedo para decirle a los gobernadores que, aunque haya un Semáforo central federal, habrá semáforos en cada entidad y será responsabilidad de los gobiernos aceptar e instrumentar acciones para promover que el semáforo cambie de color para ir reactivando la economía local de los estados y que el nuevo concepto utilizado para reactivar el dinamismo social en la ciudades, llamada la “Nueva Normalidad”, entra en operación para que la sociedad salga a las calles a trabajar, estudiar, comerciar, etcétera y acelerar la nueva normalidad, pero, en medio del pico mayor de contagios.
El mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien confía ampliamente en López Gatell, inició sus giras al interior del país y ha visitado a los estados con mayor peligrosidad de contagio que fue Quintana Roo, Tabasco y Veracruz, principalmente, que aún tienen diariamente dos indicadores muy severos en el desarrollo del virus: los contagios y los fallecimientos asociados al COVID-19.
El riesgo es mayúsculo porque la Nueva Normalidad se apertura desde diferentes ópticas, lo que opina el centro del país y órgano rector en las acciones del sector salud, pero, los gobernadores que están inmersos en la enfermedad disponen de aplicar sus propios semáforos con relación al número de contagios y de pruebas médicas aplicadas, por ello surge la “rebeldía” de gobernadores que decide adoptar su propio semáforo y determinar en sus propias entidades, el regreso a las actividades cotidianas, con acciones diferentes que las sugeridas por el Gobierno Federal.
Como es de suponer las actividades sociales y económicas son diferentes en cada estado y algunos ya empiezan con sus acciones comerciales, fiestas y festejos con el riesgo de provocar aglomeraciones de gente, que cree que el peligro de contagio ya acabó, que irresponsable y mareado con tanta información contradictoria supone que se puede regresar a la cotiadianeidad.
Hay sectores de la población que nunca creyeron en la epidemia y refuerza su convicción de que ese virus no existe y sigue haciendo su vida como si nada estuviera pasando, la propia información que fluye consolida al virus oculto, precisamente, en la gente que no cree, pero, el Semáforo nacional indica que los contagios están en su momento más peligroso y los estados que más lo están padeciendo son las 16 entidades que permanecen en rojo: Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Veracruz.
Por Consiguiente:
El Fin del confinamiento no significa que ya no haya virus, significa que hay que aprender a vivir con él; salir a las calles y trabajo con él, protegerse de él, mantener las acciones sanitarias, higiene y sana distancia para evitar contagios, no hagamos que no existe y que se estuvo en casa por gusto, el coronavirus acecha la irresponsabilidad de los ciudadanos para contagiar al prójimo y eso de que no pasa nada es el caldo de cultivo para que caigas a una cama infectado y te conviertas en una estadística letal, porque finalmente está pasando el virus sigue matando gente.
Por Consiguiente
Francisco L. Carranco