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El México Ópera Studio (MOS) eligió este mes para el análisis, la representación y el rescate del repertorio operístico mexicano del siglo XIX al XXI. A través de las voces de jóvenes cantantes emergentes, el 26 y 27 mayo se presentará Misa de seis, una obra de Carlos Jiménez Mabarak que mantiene una temática actual: el desarrollo de un feminicidio.
El ciclo de Ópera Mexicana inició el 12 y 20 de mayo con arias de autores como Melesio Morales, Miguel Meneses, Cenobio Paniagua o Daniel Catán. “Nuestro objetivo con esto es volver a la luz y compartir una partecita de un repertorio muy vasto y que debe volver a confrontarse con el público para ponerlo en valor”, dice en entrevista Rennier Piñero, director escénico del MOS.
Con un aforo limitado, a las 20:00 horas en el Auditorio Carlos Prieto del Parque Fundidora, en Monterrey, será presentada la ópera Misa de seis, cuya acción se sitúa en el atrio de una iglesia de Ciudad de México donde se observa a un par de señoras que esperan la misa de seis de la mañana, pero en medio de eso ocurre un asesinato.
“Como toda buena tragedia sabemos qué ocurre, pero no lo vemos en directo. A partir de ahí vemos cómo se descompone la vida de estas personas en su día a día, después de no atestiguar de manera directa, pero sí de manera indirecta un feminicidio. El argumento fundamental es: un muchacho que ejecuta un feminicidio y cómo dicho feminicidio impacta en el entorno en el que ocurre”, explica el director.
La obra, agrega, fue escrita en 1962, por lo que “nos hemos dado una licencia a la hora de trabajar esta ópera. En sentido hemos evitado a toda costa un final redentorista del agresor y, de alguna manera, contar cómo sería hoy en día la reacción de estas mujeres ante un feminicidio”.
“Carlos Jiménez Mabarak es un compositor que fue capaz de renovar e indagar dentro de la ópera mexicana con nuevas formas musicales. En su momento se estrenó Misa de seis, en 1962, donde el autor jugaba con elementos del dodecafonismo, que es música contemporánea, en un tratamiento dramático que escribió Emilio Carballido, quizás el dramaturgo más importante a nivel internacional que ha tenido México en el siglo XX”, explica el director escénico del MOS.
Repertorio poco conocido
El repertorio operístico mexicano a pesar de ser considerado amplio, “con una contundencia artística tanto a nivel vocal como desde la construcción dramática de las piezas, muy rica y variada, lamentablemente es desconocido en su amplio rango”, considera Rennier Piñero.
Sin embargo, en el México Ópera Studio a través de sus cantantes, “el primer paso que hemos dado muy humildemente, y desde nuestro entorno, fue acercarlo a un conjunto de cantantes jóvenes. Incluso para nosotros como directores fue un hallazgo increíble confrontarnos con repertorios que no conocíamos y descubrir una riqueza enorme, tanto en sus letras como en el tratamiento armónico-melódico en sus cualidades técnicas”.
Este proceso se realizó en conjunto con el proyecto Ópera: Nuestra herencia olvidada. Fue así como dio inicio la búsqueda de arias de ópera mexicanas desde el siglo XIX hasta la actualidad, para distribuirlas entre las voces de cantantes jóvenes.
Rennier Piñero reconoce que los materiales son de difícil acceso, pues “no están todos a disposición de los artistas emergentes, con lo cual no es fácil su uso, a pesar de que hay grandes iniciativas en la recuperación del repertorio; y luego, porque la producción de la ópera es muy compleja. Cuando por fin se puede conjuntar todos los elementos de producción para llevar adelante una puesta en escena de una ópera, evidentemente prima el consumo de los grandes títulos. Es necesario el proceso de sensibilización y acercamiento al público a este repertorio”.
Agencias/CDMX
