¿MANDARÍAS A UNA AMIGA PASADA DE COPAS EN UBER?

Me acuerdo perfecto cuando tenía 20 años, haber ido a Cancún y visto como unos “amigos” habían dejado a uno de ellos afuera de La Boom (discoteca) pasado de copas. ¡No lo podía creer! Para nosotros en México, el valor de la amistad y la solidaridad eran pilares de nuestra vida y jamás dejaríamos a un amigo en ese estado tirado.

Sin embargo, por más que nos duela, la despersonalización social en México y el mundo, es hoy una realidad. ¿A qué me refiero? Pues a los casos de violencia, secuestro y maltrato que pasan en nuestra cara y en lo que muchos evitamos involucrarnos, hace un tiempo por apatía, por el clásico “no es mi rollo” y ahora por miedo a que se trate de “alguien importante” y que nos dañe… más sea el caso que sea, la desaparición de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, de 18 años de edad, el pasado 9 de abril a todos nos duele, pues después de que sus amigas le pidieran un “taxi seguro” para irse a casa, pues de acuerdo a lo narrado, se encontraba en estado de ebriedad y muy violenta y hoy a 10 días del caso no aparece.

En redes han surgido algunas mujeres asistentes a la fiesta, como Stephany, quienes se lamentan no haberla ayudado más al estar al lado de la situación, e incluso ofrecido ayuda, mientras que sus amigas insistían que estaba bien ese transporte.

Por su lado, el chofer del transporte, sacó una foto de esta chava, sana y salva, cuando le pidió bajarse a la mitad de la carretera y él ante la actitud insistente y agresiva, la deja ahí.

Todo el mundo en la historia tiene su posición:

– Las amigas querían, como toda joven de 18 años, evitar el “oso” que estaba haciendo su amiga y protegerla al mandarla a casa.

– El taxista, cuando alguien le pide bajarse, no lo puede retener en contra de su voluntad.

– Las asistentes de la fiesta, al sentirse mal de no haber hecho más, más no puedes obligar a alguien a aceptar ayuda que no quiere.

Los colectivos y grupos de mujeres, así como sus padres, hoy pegan letreros por toda la ciudad para encontrarla, ante un panorama desolador:

* Cada hora desaparecen 3 niños y jóvenes para trata con fines de explotación sexual.*

* 22% de las víctimas son captadas a través de redes sociales.*

* 56% de los delitos investigados por trata en 2020 involucran niñas, niños y jóvenes menores de 21 años.*

¿Cual es la reflexión de esta historia? ¿Qué podemos hacer para evitar que se repita?

  1. Pedir a nuestros hijos que jamas dejen ir a un amigo/a sólo cuando se le han pasado las copas por más grosero o violento que se ponga.
  2. Evitar las fiestas en ranchos o lugares apartados que requieran cruzar carreteras para volver. Si es así, buscar que pasen la noche ahí y volver al día siguiente.
  3. Hablar con nuestros hijos sobre la seguridad y la importancia de que SIEMPRE nos llamen en usa situación así.

Los lazos que estrechemos como sociedad ante estos casos, es lo que nos puede proteger ante la ola de violencia, corrupción y muerte que azota al mundo.

Y, cómo extra, si no nos gusta la realidad que vemos, dejemos de consumir programas, memes, videos y TikToks misóginos, que promueven el incesto, la promiscuidad y la pérdida de valores: bese a mi papá en la boca estaba oscuro… me acosté con mi hermano por error… está bien buena la vieja… le encanta cachondear… y tantas cosas más que se “dicen” en estos contenidos “chistosos”. Si queremos cambiar lo que sucede, fomentemos valores, consúmanos valores, vivamos valores, hablemos de valores, publiquemos valores, porque “de palabras estamos hechos y lo que sale de nuestra boca genera realidad”.

¿Qué piensas? Te leo www.trixiavalle.com @trixiavalle

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