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Un hombre acudió a un hospital de Reino Unido con una bala de artillería clavada en el trasero, por lo que el escuadrón de bombas se movilizó hasta la sala de urgencias.
El paciente no identificado, dijo a los médicos que “resbaló y cayó” con el proyectil perforador de armaduras de 17 por 6 cm extraído de su arsenal privado de coleccionables militares.
De acuerdo con The Sun, el tipo dijo que encontró la bala cuando estaba limpiando sus cosas, lo puso en el suelo, luego se resbaló y se cayó, y se le enterró en el trasero.
Más tarde se identificó como un proyectil de 57 mm de la Segunda Guerra Mundial que generalmente se disparaba con cañones antitanque de seis libras.
Un portavoz del hospital informó que “el artefacto había sido retirado antes de la llegada de la policía y se contactó al equipo de Eliminación de Artefactos Explosivos del Ejército”.
Una fuente de la defensa dijo: “Fue un disparo sólido. Era un trozo de plomo grueso y puntiagudo diseñado para atravesar el blindaje de un tanque”.
«Era básicamente un trozo inerte de metal, por lo que no había ningún riesgo para la vida, al menos no para nadie más».
En tanto, una doctora dijo que el paciente podría haber muerto si la bala le hubiera perforado el intestino.
Y agregó: “La variedad de objetos que se introducen en el recto es increíble, desde vasos de vino hasta botellas de ketchup y partes de aspiradoras”.
AGENCIAS NACIONAL
