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DALYX RAUS

FAST FASHION ALIMENTA A CONSUMISTAS
Como bien hemos visto, cuando en una tienda están a punto de cambiar de temporada, las prendas adquieren un “descuento”, conocido como las primeras, segundas, terceras y hasta cuartas rebajas, pero ¿Qué sucede con las prendas que no se venden?

En eventos como el Black Friday, Buen Fin, Cyber Monday, Boxing Day, promociones de MSI, entre otros, es cuando el exceso de stock urgente por salir es llevado a estrategias de marketing en el que el público meta cae en el consumo descontrolado y donde las tiendas de Fast Fashion finalmente ganan.

FAST – INCÓGNITAS
Para dar contexto, la producción de ropa actualmente causa el 20% de la contaminación del agua potable y aproximadamente impacta en un 9% en las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero, la lógica común nos hace cuestionar que, si hay mucha producción, ¿Por qué de pronto es tan barata? Si a mayor producción, mayores consecuencias en el medio ambiente y mayor mano de obra.

RETAILERS, ¿QUÉ SON?
A pesar de que el Real Decreto-Ley 20/2012 del 13 de julio habilitó el libre albedrío empresarial para decidir cuándo y cómo ofrecer sus rebajas, los famosos ‘retailers’ (minoristas) lo han aprovechado para cazar las ofertas y revender las prendas a precio a conveniencia.

En pocas palabras, se trata de comerciantes que adquieren productos a mayoreo y posteriormente lo venden en cantidades menores, generalmente en bazares, ‘tianguis’, boutiques, tiendas online o afines.

Estos personajes fomentan en su mayoría la mayor adquisición de las rebajas que realizan las tiendas de Fast Fashion, lo que convierten su temporada de rebajas en un éxito.

FAST FASHION SIN PARTICIPACIÓN
Venden al público en general con descuentos variados desde 20% hasta 70%, sin embargo, las compañías que se pueden permitir ofrecer más tiempo ofertas de más del 50% son las que venden con márgenes altos y sus finanzas se lo permiten.

A lo que por supuesto, las personas caemos (en algunas ocasiones) porque pensamos que “no debemos perder la oportunidad”, pero no nos detenemos a debatir internamente que quizá no es necesario, ni para el medio ambiente, ni para nuestra economía. Comprar por comprar nunca será necesario.

OUTLETS
Ahora bien, existe un punto en el que las marcas reconocidas tienen establecimientos conocidos como ‘Outlet’, donde se comercializan prendas, calzado, accesorios, bolsos, etc., a precio mucho más accesible porque no se vendieron, quizá de colecciones pasadas, pero originales.

Considero que esta es una muy buena alternativa, sin embargo, muy poco accesible, ya que la mayoría de estos establecimientos no se encuentran distribuidos en todas las ciudades del país, solo en puntos clave como las fronteras, lo que lo descarta de ser una opción para los compradores.

ÚLTIMAS OPCIONES
Algunas empresas acuden al reciclaje y a la destrucción, muy pocas a la donación. Y a pesar de ser un último recurso, es mínimo el %.

Hace un par de años estuvo de moda un proyecto de colaboración visto en tiendas, principalmente en H&M, Mango e Inditex, que consistía en que como cliente llevabas cierta cantidad de ropa para depositar en un contenedor dentro de la tienda y adquirías un descuento en tu siguiente compra de ese mismo establecimiento.

Dicho proyecto motivó a muchos consumidores, sin embargo, considero que más que por conciencia ambiental, lo hacían por la tendencia, pero al final no importa el motivo sino la acción. A pesar de ello, se desconocía a ciencia cierta qué se hacía con dichas prendas, se pensaba que se reciclaban para crear nuevas… ¿Será?
Burberry fue una marca que desmintió lo anterior, ya que se descubrió que el stock no vendido era incinerado, lo que creó polémica en redes sociales y lanzaron un comunicado donde afirmaban que dejarían esta práctica. La finalidad principal del por qué lo hacían este tipo de marcas era para no devaluar el valor que tenían y precisamente no terminar en outlets donde podían ser adquiridas con mayor accesibilidad.

INICIATIVAS Y PROPUESTAS
Tekstila, empresa que adquiere el stock de marcas europeas para posteriormente realizar un tipo de economía circular, en la que comercializa la ropa por destinos preaprobados, ofreciendo un tipo de garantía como “protección” de marca, de esta manera la ropa nueva llega a su primer uso y evita que se incinere.
Tendam, otro ejemplo sostenible en todo el mundo, que adaptó su visión a las problemáticas de los grandes productores textiles. ¿Qué hace? Realiza campañas de donación para proveer ropa a centros asistenciales, personas necesitadas y hospitales.

LEY
Se encuentra pendiente la aprobación por el Senado para la Ley de Residuos, sin embargo, busca prohibir a las empresas de textilería destruir la ropa no vendida, para fomentar un tipo de Slow Fashion (moda lenta) como sustitución a la Fast Fashion (moda rápida), buscando crear conciencia humana y ambiental, y en caso de no realizarse prometer adjudicar una sanción en contra de ellas.

Finalmente, es importante puntualizar que la conciencia del consumo responsable debe estar en uno mismo e ir de la mano con la Ley de Residuos, para que el consumo excesivo de tejidos pare, sin caer en una bancarrota de las empresas, simplemente es adecuarse a una nueva transición. Estar a la moda con conciencia.

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