Luis Velázquez

El Obispo Santo/ Guízar y Valencia/ 14 años canonizado

UNO. El santo Obispo

Se cumple hoy catorce años de que el obispo Rafael Guízar y Valencia (1878/1938) fue canonizado por Benedicto XVI.
Muchos feligreses, millones quizá, en la iglesia católica lo consideran un santo. Su estampita cuelga en las recámaras de las familias y le piden milagros.
Y dado el fervor religioso significaría que los milagros son cumplidos. La fe, fe a ciegas, fe ciega, en el obispo más sencillo, humilde y modesto en la iglesia quien solía caminar los pueblos indígenas de Veracruz.

DOS. El Nuncio en Xalapa

El arzobispado solicitó a los presbíteros de su Diócesis conmemorar la fecha. Sin peregrinaciones masivas a la Catedral de Xalapa por el coronavirus, días terribles cuando se padecen, la semana anterior, por ejemplo, en un día 79 muertos y 7 mil 200 personas contagiadas.
El Nuncio Apostólico, Franco Coppola, estará hoy y mañana en Xalapa. Presidirá la celebración eucarística en su memoria. Invitados especiales, por lo general, sacerdotes y la comunidad religiosa. Uno que otro feligrés invitado.

TRES. En misión apostólica

El maestro Alfonso Valencia Ríos, uno de los fundadores de la antigua facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana, fue amigo de Guízar y Valencia.
Se conocieron cuando ambos coincidieron en Zongolica. Don Alfonso como profesor rural. Y don Rafael, en una de sus tantas misiones apostólicas y en donde, todo indica, se sentía a gusto… con los suyos, la gente que todos los días vive con sencillez y en medio de la miseria y la pobreza.

CUATRO. El santo laico

Guízar y Valencia es el único obispo de Veracruz canonizado en los altares. Ministro de Dios milagroso. Un santo laico.
En casa de los abuelos colgaba en la recámara principal una gigantesca fotografía de don Rafael. Siempre, con una veladora encendida. Incluso, lo veneraban más, mucho más que a la Virgencita de Guadalupe.
En aquel entonces, número incalculable de niños en el rancho de Paso de Ovejas se llamaban Rafael. En su honor y memoria.
Luego de su muerte, cada año los feligreses organizaban caravana a Xalapa para escuchar misa y depositar flores en su tumba.
Pecado mortal era, decía la abuela, dudar del obispo. Incluso, el nieto que se atreviera era excomulgado de la herencia en automático.

CINCO. Un santo del periodismo

Don Alfonso Valencia se hincaba ante Guízar y Valencia para su bendición.
Era frecuente mirar a don Alfonso entrar a la Catedral a rezar ante cada santito deteniéndose mucho tiempo ante el altar principal para un padrenuestro y una avemaría por don Rafael.
Guízar y Valencia, santo de la iglesia. Alfonso Valencia, santo del periodismo. Un reportero bueno, generoso y justo. Solidario con los colegas desventurados.

SEIS. Teología de la Liberación

El obispo falleció de sesenta años de edad, en 1938. Hace ochenta y dos años. Y su memoria y adoración están frescos, vivientes, resplandecientes.
Su recuerdo ilumina los días y noches oscuras, sórdidas y siniestras que vivimos.
Toda su vida ejerciendo el apostolado social. Siempre, del lado de los pobres y los jodidos. Aquel Veracruz lleno de violencia. Por ejemplo, los cuarenta mil ejidatarios asesinados por los sicarios y pistoleros del cacique de la hacienda de Almolonga, Manuel Parra, “La mano negra”. La lucha inquilinaria en el puerto de Veracruz con Herón Proal al frente. El asesinato de los trescientos obreros textiles de Río Blanco, el 7 de enero de 1910, cuando tenía 27 años.
El Veracruz difícil, ríspido, duro, que enfrentara con dignidad. Sacerdote de la Teología de la Liberación.

Escenarios
Luis Velázquez

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