Los países del G20 acordaron el martes una serie de ayudas dirigidas a paliar la catástrofe humanitaria en Afganistán, aunque asumieron que para ponerlas en marcha será inevitable hablar con el nuevo Gobierno talibán, instaurado el pasado agosto, aunque eso no implique su reconocimiento internacional.
”Atajar la crisis humanitaria supondrá contactos con los talibanes pero eso no supone su reconocimiento”, indicó en rueda de prensa el primer ministro italiano, Mario Draghi, que como presidente de turno del Grupo convocó esta cumbre virtual del G20 a puerta cerrada.
Afganistán cayó en manos de los fundamentalistas el 15 de agosto tras la salida de las tropas estadounidenses y desde entonces el país centroasiático tiene bloqueado el acceso a los fondos internacionales, lo que ha empeorado su crisis humanitaria.
Especialmente porque ha minado la liquidez de los bancos afganos y ha encarecido irremediablemente los alimentos y bienes de primera necesidad, abandonando al hambre a millones de persona.
Agencias/Internacional