Rolando Quevedo Lara

De primera mano

Rolando Quevedo Lara
quevedo_r@yahoo.com.mx

EL MAXIMATO

Me sorprendió bella dama cuando de sopetón soltó la pregunta, ¿ya viene el Maximato? Eran las 19:00 horas, estaba pegada a la caja idiota viendo y escuchando los noticiarios, las voces de Pepe Cárdenas, Ciro Gómez Leyva, los comentarios del jefe Diego Fernández de Ceballos, Leo Zuckerman, todas las noticias, todas las voces pues, y se formó idea del presente, de como ve al México de hoy en el maximato, por la fuerza política que predomina.

No, hermosa, el período en el que estás pensando, que se conoce como el Maximato, fue el período histórico y político de México entre 1928 y 1934. Comenzó con el gobierno interino de Emilio Portes Gil y finalizó cuando Lázaro Cárdenas asumió la presidencia. Su nombre se debe a la influencia política que ejerció Plutarco Elías Calles (1877-1945), político y militar con el título de “jefe Máximo de la Revolución”.

Período de duración, 6 años (desde 1928 hasta 1934). Comenzó a raíz del asesinato de Álvaro Obregón y culminó al ser electo Lázaro Cárdenas en 1934.

Maximato designa todos los acontecimientos que sucedieron durante el mandato de Plutarco Elías Calles “El jefe Máximo”  quien  mantuvo protagonismo aún después de su salida de la presidencia y sus sucesores hasta 1934.

En la silla principal del palacio de gobierno, sentado el presidente en torno, pero, decían los políticos del momento, el que manda está en la casa de enfrente.

La bibliografía bella amiga mía, extensa, al final pasamos lista de presente.

CRIMENES Y ASESINATOS

En 1924, el presidente saliente Álvaro Obregón se retiró en Sonora, sin embargo, es sabido que existía un pacto con el presidente Calles para asegurar su retorno para el siguiente cuatrienio. Cuando volvió a la vida pública en 1926, Obregón promovió su reelección como oficialista. Sin embargo, el rompimiento de Obregón y Luis N. Morones ocasionó una rivalidad entre ambos aspirantes a la sucesión presidencial, lo que dejó a Plutarco Elías Calles en medio de la disputa.

Para 1927, un año antes de las elecciones, el clímax político se agudizó. Los rivales de Obregón lo acusaban de traición a la máxima revolucionaria “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Ante ello, surgieron dos posibles candidatos presidenciales antirreeleccionistas: Francisco Serrano y el general Arnulfo R. Gómez, quienes finalmente fueron fusilados acusados de rebelión.

Finalmente, la voluntad compartida por Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón triunfó, realizándose reformas constitucionales que habilitaban la reelección presidencial siempre que no fuera sucesiva. La candidatura de Obregón se oficializó el 26 de junio de 1927, tras lo cual inició una campaña por todo el país. El 10 de julio de 1928 Obregón ganaba la reelección en los comicios.

INICIO DEL MAXIMATO

Pese a su triunfo, Álvaro Obregón no llegaría nuevamente a la silla presidencial, pues el 17 de julio de 1928 sería asesinado en el restaurante “La Bombilla” en San Ángel, Ciudad de México. El asesinato, obra de un militante cristero de nombre José de León Toral. Sin embargo, los opositores del gobierno no dudaron en acusar a Obregón y Morones del magnicidio.

El asesinato de Obregón generó un cambio radical en el rumbo de la política. Desde el gobierno, se promovió un gobierno interino que no fuese militar ni obregonista. Con el aval del presidente Plutarco Elías Calle, Emilio Portes Gil se convertiría en el presidente de México el 1 de diciembre de 1928. El gobierno interino estaría en la administración hasta el 05 de febrero de 1930.

Sin embargo, la sucesión designada a través del interinato no fue la única forma en la que Plutarco Elías Calles mantuvo su poder. Durante el proceso de organización de nuevas elecciones, Calles logró fundar el Partido Nacional Revolucionario (PNR) -abuelo del PRI-, el cual aglutinó la mayor parte de las fuerzas políticas, formando un sistema corporativista. Sin el contrapeso de Álvaro Obregón, el partido se volvió la única vía para acceder a la presidencia, por ello Calles diría: “El que quiera la silla presidencial, que se forme”.

Se refería al PNR.

EL JEFE MAXIMO

Gracias al poder político centralizado en el PNR, durante el periodo de 1928 a 1934 no hubo autoridad política más importante que la de Plutarco Elías Calles, debido a ello, el expresidente fue llamado “jefe Máximo de la Revolución“. A diferencia de sus antecesores, Calles ya no apostaría por reelecciones, sino por una democracia simulada a través de prestanombres.

Las administraciones del presidente interino Emilio Portes Gil, de Pascual Ortiz Rubio y de Abelardo L. Rodríguez, compusieron el periodo apodado como el Maximato, donde Plutarco Elías Calles tomaba la última palabra en las decisiones políticas desde su finca de Cuernavaca o su casa en la colonia Anzures.

EL ESTADO SOY YO

Pese a los avances en la institucionalización del país, el Maximato no fue un periodo de gobiernos estables. El magnicidio que inauguró el periodo generó que la administración de Portes Gil se enfocara en la estabilidad política y en la organización de los nuevos comicios.

Posteriormente, la administración de Ortiz Rubio nuevamente generaría inestabilidad, pues su gobierno sólo duraría dos años, abarcando el periodo de 1930 a 1932.

Tras un intento de asesinato, Ortiz Rubio se mantuvo al margen del escenario político y optó por renunciar en 1932. La versión oficial clamaba que el presidente sufría neurosis tras al atentado y que había quedado incapacitado para mantenerse en funciones.

Por su puesto, las decisiones gubernamentales seguían siendo tomadas por Calles, pese a sus constantes afirmaciones de que se mantenía al margen del poder.

OBSESIÓN POR EL PODER

Tras dos breves gobiernos tutelados por civiles, la presidencia recayó nuevamente en manos de un militar: Abelardo L. Rodríguez, quien se convirtió en el último presidente no electo constitucionalmente en la historia de México.

De acuerdo con la Ley Orgánica del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos entonces vigente, el presidente interino debía ser elegido por el grupo parlamentario al que pertenecía el presidente a sustituir. En el caso de Ortiz Rubio, el grupo parlamentario era el del PNR, quien escogió a Abelardo L. Rodríguez gracias al visto bueno del líder del Maximato.

El gobierno de Rodríguez nuevamente duró solo dos años. Su mandato terminó el 30 de noviembre de 1934, cuando entregó el poder al general Lázaro Cárdenas, quien por su cercanía con Plutarco Elías Calles debería seguir el Maximato.

LAZARO CARDENAS

Sin embargo, el gobierno de Lázaro Cárdenas no continuó con las políticas del Maximato, comenzando el debilitamiento político de Plutarco Elías Calles. Pese a ello, Calles se conformaba con haber impuesto tres callistas en el gobierno y que sus dos hijos se convirtieran en gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas.

El presidente Cárdenas solicitó la renuncia de los cuadros callistas en su gobierno, lo cual fue apoyado por lo sectores agrarios y campesinos. Tras un breve viaje de vacaciones a Hawái, el 13 de diciembre de 1935 Calles regresa a la Ciudad de México para defender el callismo. Las reacciones fueron adversas para el expresidente, pues incluso los periódicos que lo apoyaban se negaron a hacer públicos sus comunicados. La agitación política provocó la renuncia de gobernadores y legisladores, y polarización política.

Ante las inclemencias políticas, Lázaro Cárdenas decide poner fin al Maximato la noche del 9 de abril de 1936, enviando militares y policías a Santa Bárbara, la hacienda donde vivía el expresidente. Calles se encontraba en su cama leyendo “Mi Lucha” de Hitler, cuando la comitiva le anunció que debía salir de México antes de las 7 am.
Así, con el tronido de dos dedos, al exilio.

DEL PRINCIPIO AL FIN
PUES SI querida amiga, cualquier parecido, es puritititita coincidencia… Y AUN hay más…

 

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