Un día antes se había registrado un asalto en al sucursal de Plaza Crystal.

Custodian soldados del Ejército Mexicano banco de Minatitlán

Un convoy de dos vehículos militares con al menos 20 soldados del Ejército Mexicano se encontraba custodiando con metralletas la entrada a la sucursal del banco ubicado en la Avenida Miguel Hidalgo 116 en la colonia centro de Minatitlán.

Detrás de ellos, un grupo de motopatrulleros de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado vigilaba otra sucursal bancaria; sin embargo, nada indicaba que estuvieran juntos realizando algún tipo de operación policial.

Eran las 14:45 horas del jueves cuando se pudo observar que el grupo militar se encontraba parado y vigilando sobre la banqueta de la Avenida Hidalgo, en la cuadra que forman las calles José Arenas y la Avenida Ejército Mexicano.

El equipo castrense estaba revuelto entre un gran número de personas civiles que caminaban por esa arteria a la hora citada y, sobre todo, entre la gente que salía de la sucursal bancaria; todos los uniformados se encontraban parados en la vía pública, y había dos soldados más puestos detrás de las enormes metralletas fijadas en los vehículos.

Se recordará que el miércoles a una mujer de nombre Rafaela, quien salió de un banco en Plaza Crystal de Minatitlán, le robaron 23 mil pesos en efectivo. La mujer salió del banco y cruzó el bulevar Institutos Tecnológicos en la colonia Nueva Mina para entrar a comer en la taquería El Borrego de Oro, que está ahí mismo cruzando el bulevar frente a Chedraui.

La banda de ladrones que opera desde hace muchos años en esa zona la atacó con el mismo modus operandi de siempre, ya que se deduce que traen a sus víctimas en la mira desde que salen del banco. No es la primera vez que balean a una persona para robar el dinero que acaban de retirar del banco dentro de ese mismo restaurante y les quitan hasta el último centavo con insultos, saña y violencia.

Antes de disparar, insultan a sus víctimas y les piden que entreguen el dinero que acaban de retirar del banco. Si no lo entregan, sin piedad alguna causan dolor, temor y angustia. Pegan el tiro en donde su víctima pueda sobrevivir, para luego huir en sus motos con el botín manchado de sangre, casi escurriendo el rojo plasma hemático de la piel que acaban de perforar. En el caso de Rafaela, le dispararon en el tobillo para que se doblara y le arrebataron el bolso donde cargaba el dinero en efectivo.

MINATITLÁN
ALFREDO ESTRELLA

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