¿Cuándo se incorporó Irlanda del Norte a Reino Unido?

1921, año en el que terminó la guerra que marcaría la independencia de Irlanda del dominio de Reino Unido, bajo el que se había encontrado durante siglos, fue también el año en el que la isla esmeralda se vio dividida en dos. La parte católica (gran parte del territorio de la isla) logró su ansiada independencia y las seis regiones del norte que constituían el Úlster quiso seguir formando parte del Reino Unido. Al Tratado anglo-irlandés de 1921 le siguió el establecimiento de las fronteras entre ambas partes en 1925 y la elección de Belfast como capital del norte y Dublín como capital del sur. Reino Unido pasó a llamarse “Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte” e Irlanda cambió en varias ocasiones de nombre hasta quedarse como República de Irlanda en 1949.

Históricamente, la relación entre Irlanda e Inglaterra (más tarde Reino Unido) siempre había sido complicada. Desde el siglo XII, la corona inglesa había aprovechado las alianzas políticas y matrimonios para extender su influencia sobre sus vecinas en las islas y para el siglo XVII su control sobre Escocia e Irlanda era, aunque no oficialmente, casi absoluto. Es precisamente en esos años, bajo el reinado de James I cuando tiene lugar un proceso de colonización del Úlster (región norte de Irlanda) con ingleses y escoceses que forzarían a los habitantes autóctonos a abandonar su hogar. Sería el paulatino distanciamiento de esta región con el resto de Irlanda lo que provocaría las claras diferencias y la separación del país en dos.

Los últimos años del siglo XVIII, concretamente 1798, fueron testigos de los primeros levantamientos armados realmente organizados de los irlandeses en la Edad Contemporánea. Ese año, los sectores más liberales de la isla se rebelaron contra el dominio británico e intentaron lograr una reforma democrática y la emancipación de Inglaterra con la fuerza de las armas; pero fueron derrotados en Vinegar Hill. En el año 1800 el gobierno británico formalizó el Acta de Unión y creó oficialmente el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, acto contrario a los deseos de un más que considerable número de irlandeses. A principios del siglo XX, antes incluso de que tuviera lugar el Alzamiento de Pascua de 1916, las diferencias entre el Úlster y el resto de Irlanda se iban acentuando y los enfrentamientos entre grupos paramilitares como el IRA (proindependencia) y la Mano Roja del Úlster (prounionistas) se convirtieron en algo común durante las siguientes décadas.

Prácticamente desde la separación en dos de Irlanda el tema de la reunificación se convirtió en un punto caliente que derivaría en el llamado conflicto irlandés, el uso de violencia y técnicas terroristas para conseguir que Irlanda del Norte volviera a ser uno con la República de Irlanda sin presencia del Reino Unido o se mantuviera como hasta ahora. Estas tácticas fueron utilizadas tanto por los grupos paramilitares y terroristas como por el gobierno británico, que no dudó en limitar los derechos y libertades de los ciudadanos e incluso de utilizar tácticas de terrorismo de Estado cuando les convenía. El punto de inflexión en el conflicto fue el Domingo Sangriento, cuando miembros de una brigada paracaidista británica abrieron fuego y mataron a 14 civiles durante unas protestas pacíficas. El primer gran paso para la paz llegaría con los Acuerdos de Viernes Santo (1998) y la disolución del IRA Auténtico.

Aunque en la actualidad la situación en Irlanda del Norte ha mejorado y parece que las viejas heridas van cerrándose, siguen produciéndose breves brotes de violencia como el asesinato de la periodista Lyra McKee en abril de 2019.

Agencias / Nacional

TE PUEDE INTERESAR

Inauguran en el Congreso Expo-Feria Educativa 2024

Como parte del Convenio de Colaboración en Materia de Capacitación y Profesionalización entre el Poder …