Crean método para detectar actividad volcánica años antes de las erupciones

Actualmente es muy difícil predecir con exactitud cuando hará erupción un volcán. Lo complicado de hacer un pronóstico se debe a que no hay dos volcanes que se comporten exactamente de la misma manera y a que pocos de los mil 500 volcanes activos del mundo cuentan con sistemas de monitoreo.

En el mejor de los casos, los científicos pueden vaticinar con precisión la erupción de un volcán días antes de que suceda observando un aumento en la actividad sísmica, cambios en las emisiones de gas o una deformación repentina del suelo. Pero, ¿y si se supiera con meses o incluso años de anticipación?

¿Cómo es posible?

Utilizando datos satelitales, científicos de la NASA y la Universidad de Alaska Fairbanks han creado un nuevo método que detecta signos de actividad volcánica años antes de las erupciones. La investigación se publicó recientemente en la revista Nature Geoscience.

“La nueva metodología se basa en un aumento sutil pero significativo de las emisiones de calor en grandes áreas de un volcán en los años previos a su erupción. Nos permite ver que un volcán se ha vuelto a despertar, a menudo mucho antes de que aparezcan los otros signos”, dijo el autor principal Társilo Girona, de la Universidad de Alaska Fairbanks.

El equipo de estudio analizó 16 años y medio de datos de calor radiante de los espectrorradiómetros de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo de los satélites Terra y Aqua de la NASA, para varios tipos de volcanes que han entrado en erupción en las últimas dos décadas.

A pesar de las diferencias entre los volcanes, los resultados fueron uniformes: en los años previos a una erupción, la temperatura de la superficie radiante en gran parte del volcán aumentó alrededor de 1 grado Celsius con respecto a su estado normal y disminuyó después de cada erupción.

“No estamos hablando de puntos calientes aquí, sino más bien del calentamiento de grandes áreas de los volcanes. Por lo tanto, es probable que esté relacionado con procesos fundamentales que ocurren en profundidad”, agregó Paul Lundgren, coautor de la invesigación.

En particular, los científicos creen que el aumento de calor puede resultar de la interacción entre los depósitos de magma y los sistemas hidrotermales. El magma (roca fundida debajo de la superficie de la Tierra) contiene gases y otros fluidos.

Cuando asciende a través de un volcán, los gases se difunden a la superficie y pueden emitir calor. De manera similar, esta desgasificación puede facilitar el flujo ascendente de agua subterránea y la elevación del nivel freático, así como la circulación hidrotermal, que puede aumentar la temperatura del suelo.

Sin embargo, los científicos dicen que otros procesos también pueden estar en juego, porque si bien su comprensión del comportamiento de los volcanes está mejorando, sigue siendo limitada.

“Los volcanes pueden parecer similares, pero por dentro hay mucha variedad entre ellos y, a veces, incluso dentro del mismo. Además de eso, sólo unos pocos volcanes están bien monitoreados y algunos de los más potencialmente peligrosos son los que erupcionan con menos frecuencia, lo que significa que no se puede confiar estrictamente en los registros históricos”, finalizó Lundgren.

Agencias/CDMX

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