Liberal del Sur – Periodismo Trascendente Noticias de Coatzacoalcos y el Sur de la Región
Las kilométricas filas de automóviles se registran hacia la zona industrial y la carretera Transístmica.
En un alarmante estado de deterioro se encuentra en estos momentos el puente Coatzacoalcos 1, vital para la conexión del sureste del país.
Hoy se encuentra al borde de convertirse en una trampa mortal para miles de automovilistas que lo cruzan diariamente.
Y es que hay actualmente más de una treintena de cráteres de diversos tamaños y profundidades, que con el paso de las unidades se hacen más profundos y más peligrosos.
Toda esta infraestructura presenta un panorama desolador que exige una intervención urgente antes de que ocurra una tragedia.
La situación más crítica se manifiesta en varios huecos donde las varillas se asoman amenazadoramente, como afiladas lanzas dispuestas a desgarrar neumáticos y desencadenar accidentes catastróficos.
Este escenario peligroso obliga a muchos conductores a invadir carriles opuestos en un desesperado intento por esquivar los riesgos, aumentando la posibilidad de colisiones frontales que podrían tener consecuencias fatales.
El puente Coatzacoalcos 1, utilizado por miles de vehículos a diario, se ha convertido en un calvario para los conductores, quienes enfrentan no solo el peligro inminente de los cráteres, sino también la inevitable congestión vehicular que resulta de desviarse para evitar daños a sus vehículos.
LARGAS FILAS
Las kilométricas filas de automóviles hacia la zona industrial y la carretera Transístmica son la expresión palpable de la crisis que se avecina cada día, las cuales se extienden hasta la carretera Coatza-Villahermosa, situación que se complica debido a que por las obras que se realizan en el puente Coatza II.
Transportistas públicos, conductores privados y usuarios de unidades de transporte de personal instan a los diferentes órdenes de gobierno a tomar medidas de manera inmediata.
La reparación urgente del puente se presenta como la única solución viable para evitar una catástrofe que, de lo contrario, parece inevitable.
La omisión de medidas adecuadas no solo pone en peligro la integridad de quienes cruzan este puente a diario, sino que también amenaza con paralizar el flujo económico de la región sureste del país.
COATZACOALCOS
SENDIC AGUIRRE
