Altas temperaturas dificulta el despegue de los aviones

Las aeronaves reaccionan a la gravedad y los calores extremos los vuelven demasiado pesados.

El aumento de las temperaturas en nuestro planeta dificulta el despegue de los aviones en algunos aeropuertos, lo que supone un nuevo reto para la aviación civil. Y como las olas de calor son cada vez más frecuentes, el problema podría extenderse a más vuelos, obligando a las compañías aéreas a dejar a los pasajeros en tierra.

“El reto básico al que se enfrenta cualquier avión al despegar es que los aviones son muy pesados y la gravedad quiere mantenerlos en tierra”, explica Paul Williams, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Reading (Reino Unido). “Para vencer a la gravedad, necesitan generar sustentación, es decir, que la atmósfera empuje al avión hacia arriba.

“La sustentación depende de varios factores, pero uno de los más importantes es la temperatura del aire, y a medida que este se calienta se expande, por lo que se reduce el número de moléculas disponibles para empujar el avión hacia arriba”.

Según Williams, los aviones tienen un 1% menos de sustentación por cada 5,4 grados Fahrenheit (3 grados Celsius) de aumento de temperatura.
“Por eso el calor extremo dificulta el despegue de los aviones y, en algunas condiciones realmente extremas, puede llegar a ser imposible”, explica.

El problema afecta sobre todo a los aeropuertos situados a gran altitud, donde el aire ya es naturalmente más delgado, y con pistas cortas, que dejan al avión menos espacio para acelerar. Según Williams, si un avión necesita 1.500 metros de pista a 20 grados Celsius (68 grados Fahrenheit), necesitará 2.500 metros a 40 grados Celsius (104 grados Farenheit).

POSIBLES SOLUCIONES
Por suerte, las compañías aéreas no están indefensas ante el problema.

“Hay muchas soluciones sobre la mesa”, dice Williams. “Una sería programar las salidas lejos de las horas más calurosas del día, con más salidas a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, que es una táctica que ya se utiliza en zonas calurosas como el Medio Oriente”.

Los aviones más ligeros también se ven menos afectados por el problema, por lo que esto podría acelerar la adopción de materiales compuestos como la fibra de carbono para los fuselajes, afirma Williams.

Mientras tanto, fabricantes como Boeing ya ofrecen una opción “caliente y alta” en algunos de sus aviones, para las aerolíneas que planean utilizarlos mucho en aeropuertos de gran altitud y altas temperaturas. Esta opción proporciona empuje adicional y superficies aerodinámicas más grandes para compensar la pérdida de sustentación, sin cambios en la autonomía ni en la capacidad de pasajeros.

Por supuesto, un enfoque más drástico sería alargar las pistas, aunque esto podría no ser posible en todos los aeropuertos.

ESTADOS UNIDOS
AGENCIAS

 

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