Fueron acogidas por vecinos temporalmente hasta que puedan tener una cama y lo más básico para regresar a sus solitarios hogares.

Abandonadas por sus hijos, ahora perdieron todo en la inundación

La inundación dejó sin nada, más que la ropa que traían puesta, a un par de mujeres adultas mayores de la colonia Uno y Medio, evidenciando además el abandono y soledad en la que vivían, pues a pesar de tener familia solo han sido apoyadas por los vecinos.

Deyanira Narváez Olmos, quien tiene más de 80 años y utiliza una andadera para desplazarse, cuenta que tiene una hija quien le paga la renta de la casa que habitaba, pero nunca la visita o comparte tiempo con ella.

Entre lágrimas, la mujer relató que no puede mentir y que se siente muy sola, además de que le duele mucho no poder tener un recurso propio para subsistir, pues ya no puede trabajar y depende de la ayuda del gobierno, así como de la caridad de los vecinos.

SOLEDAD

Carmela Sánchez González, de 63 años, también se quedó sin nada el pasado 2 de noviembre, tiene una hermana y un hijo que vive en otra ciudad, pero es su vecina quien la ha alojad y le brinda un espacio donde dormir, mientras que los demás vecinos apoyan con la comida.

El problema con estas dos mujeres es que no pueden dormir en el suelo, pues les es imposible levantarse por cuenta propia, por lo cual requieren una base para cama y un colchón, pero carecen de los recursos para comprarlo y poder regresar a sus casas, las cuales fueron limpiadas por personas de la iglesia.

Rosa Lidia Mendoza Torres es la persona que, junto a sus hijos, ha dado asilo a las dos mujeres, pues considera que es en tiempos de contingencia donde se puede ver la unidad entre vecinos y la solidaridad de los seres humanos.

AGUA DULCE
ALFREDO SANTIAGO H.

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