“TODO HA SIDO DESCUBIERTO”

Impacto evangelístico, la fuente inagotable

Salmos 44:21

¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
Delante de Dios no hay nada oculto. El sabe todo de todos.
Si en este momento alguien se acercara a ti y te dijera que todo ha sido descubierto,
¿Que harías?
¿Cómo reaccionarías?
¿Que dirías?
La mayoría de las personas tiene algo que esconder.
¿Tienes algo que esconder?
¿si o no?
Cierta vez en un pueblo, solamente por jugar una broma, alguien mandó a diversos ciudadanos importantes de una ciudad cartas que contenían las siguientes palabras: Todo ha sido descubierto.
Las consecuencias de esta broma criminal fueron inesperadas. Dos de los destinatarios huyeron de la ciudad y nunca más se supo de ellos, y un tercero se suicidó. Los tres tenían algo que ocultaban y pesaba en sus conciencias; en cambio, muchos otros de los que recibieron esas cartas no hicieron caso y las arrojaron al fuego.
Tratar de vivir ocultando las cosas o llevar una doble vida puede ser muy agotador y, sin duda alguna, no vale la pena cuando sabemos que más tarde o más temprano todo se descubre.

Marcos 4:22 (NTV)
Pues todo lo que está escondido tarde o temprano se descubrirá y todo secreto saldrá a la luz.
Si estás viviendo tratando de guardar un secreto o cosas que te harían pasar vergüenza o que te quita la libertad. Es hora de arreglar las cosas con Dios y con aquellas personas que puedan estar involucradas.
No sigas tratando de vivir como que no pasa nada o pensando que nadie se enterará, tarde o temprano tu secreto saldrá a la luz.
Además recuerda que no hay nada que Dios no sepa y que en realidad es al único que debemos procurar agradar con nuestras acciones, pensamientos y toda nuestra vida.
Es tiempo de ser honesto con Dios, contigo y con los demás. Si hay algo que has estado haciendo mal, corrígelo, pide perdón y encuentra la libertad que necesitas porque tarde o temprano todo será descubierto.
Tres cosas que te ayudarán a salir adelante si escondes pecados.

1. Reconoce tu condición de pecador.
El fracaso de muchos cristianos o no cristianos radica en que no fueron humildes para reconocer sus debilidades, nunca confesaron sus pecados, y nunca fueron confrontados.
Proverbios 28:13
“El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”

No debes tener excusa para confesar tus pecados ante el Señor.
El inicio de una vida cristiana llena de fruto comienza cuando vamos a Cristo en arrepentimiento y fe, dejando que su gracia nos transforme.
Incluso si piensas que no tienes problemas con algún pecado habitual, debes reconocer que somos vulnerables si nos descuidamos. Si no tratamos con los pecados ocultos en nuestras vidas, ponemos en duda nuestra certeza de salvación

1 Juan 3:8-10
8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

2. Practica las disciplinas espirituales
Seguramente ya sabes que necesitas orar, leer la Biblia, congregarte, ayunar, etc. Pero parece que cada día son más los personas que no son constantes en las disciplinas espirituales que tanto necesitamos.

Si Jesús usó la Palabra para vencer, ¿cuánto más necesitamos nosotros de ella?
La Biblia nos habla de muchos hombres piadosos que tenían comunión con Dios, pero Jesús es el mejor ejemplo de todos. Los evangelios nos muestran a Jesús en acción, no solo sanando enfermos y liberando a los cautivos, sino practicando los disciplinas espirituales.
Por ejemplo, en Mateo 4:1-11, en el episodio de la tentación en el desierto, vemos cómo el Hijo de Dios derrota al enemigo usando bien la Palabra. Cada vez que el diablo lo atacaba, Jesús respondía con las Escrituras. Él conocía, estudiaba, y memorizaba la Palabra.
Si Jesús usó la Palabra para vencer, ¿cuánto más necesitamos nosotros de ella? Nuestras continuas derrotas contra el pecado se deben a que estamos vacíos de la Escritura. Necesitamos perseverar en el hábito de atesorarla.

Salmo 119: 9,11
“9 ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando Tu palabra… 11 En mi corazón he atesorado Tu palabra, Para no pecar contra Ti”

3. Reconoce tus zonas de peligro.
Debemos ser sabios al reconocer nuestras debilidades, o, dicho de otra forma, saber cuáles son nuestras zonas de peligro
Mateo 26:41
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

1 Pedro 5:8
8 Sed sobrios, y velad, porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar
Así como Chernobyl es una zona de riesgo para quienes estén cerca, rodeada de carteles que dicen “¡Peligro!”, nosotros también debemos cuidarnos de lo que nos hace daño. Hay escenarios, situaciones, estados de ánimo, lugares, y tiempo en donde somos más vulnerables a las tentaciones.
Si reconocemos nuestras debilidades o zonas de peligro, podemos tomar medidas drásticas para evitar caer en los deseos de la carne.
No podemos luchar contra el pecado sin tener la mirada puesta en Cristo.
Por supuesto, no podemos luchar contra el pecado sin tener la mirada puesta en Cristo. Su sangre derramada por nosotros es la mayor motivación a vivir en santidad, y el mayor consuelo cuando hemos fallado en eso, nos dará las fuerzas necesarias para vencer, para la gloria de Dios:

Hebreos 13:20-21
“Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, los haga aptos en toda obra buena para hacer Su voluntad, obrando El en nosotros lo que es agradable delante de El mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
Oración:
Padre amado, sé que muchas veces me equivoco, hago cosas que no son agradables para ti. Intento ocultar aquellas cosas que me avergüenzan, pero soy consciente que tú lo conoces todo. No hay nada que pueda ocultarte; por eso este día quiero pedirte que me perdones, quiero vivir una vida agradable a ti, transparente, que no tenga nada de qué avergonzarme.
Dame la sabiduría y fortaleza necesaria para actuar correctamente y vivir de forma agradable a ti. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Te ha pasado que ocultabas algo y siempre tenías el temor de ser descubierto? Si es así, ¿cómo enfrentaste ese secreto y fuiste libre del temor?

TE PUEDE INTERESAR

Hilvanando

DALYX RAUS TECNOLOGÍA WEARABLE EN LA MODA En el crisol de la moda contemporánea, un …