Luis Velázquez

Seguridad Alimentaria

•Un país con pobres
•Mejor vida democrática

UNA. Seguridad Alimentaria

Sergio Villasana Delfín es el delegado de Seguridad Alimentario Mexicana, SEGALMEX, en los estados de Veracruz y Tamaulipas. Su jefe, el director general Ignacio Ovalle Fernández, condiscípulo en la facultad de Leyes de la UNAM, cuando tenían unos 17, 18 años de edad.
La tarea encomendada por López Obrador es fundamental en un país con una histórica, legendaria y mítica pobreza, miseria y desigualdad económica y social.
Garantizar el acceso de alimentos suficientes, seguros y nutritivos al grueso de la población para alcanzar una vida sana y digna.

DOS. País de pobres

Según el dato oficial, tan solo en el campo, el 55 por ciento de la población está en pobreza y el 80 por ciento de hogares sufriendo hambre.
En total, 25.5 millones de personas con carencias en el acceso a los alimentos.
Bastaría referir que en Veracruz, 6 de los 8 millones de habitantes están en la pobreza y la miseria y medio millón de personas todos los días solo hacen dos comidas.
Lo peor: con pocas, limitadas, esperanzas de que la vida pueda cambiar.
Por eso, la tarea de SEGALMEX, el organismo creado con la fusión de LICONSA y DICONSA, tiene objetivo superior, quizá tan noble, más noble y generoso, que en los mejores tiempos del DIF cuando crearan los desayunos escolares.

TRES. Precios justos a productores

En términos generales, SEGALMEX está encargado de la producción, distribución, preparación y consumo de alimentos.
La estrategia incluye, entre otras, la compra de alimentos a los productores en forma directa, sin intermediarios, a precio de garantía.
Incluso, establecieron un tope en el número de hectáreas por cada productor, la mayoría con pocas.
Promover centros de acopio para el abasto y la distribución, el suministro y la industrialización y comercialización de los alimentos básicos.
El acceso de los pequeños y medianos productores a las semillas mejoradas.
Atender a los productores modestos para la siembra de maíz, frijol, arroz y trigo, y en algunos casos, la producción de leche.
Precios justos para las cosechas.
Desde luego, también incluye el servicio a los productores pudientes, pero sin aplicar el precio de garantía.

CUATRO. Directivos elegidos por la gente

En cada poblado buscan instalar tiendas para la adquisición, distribución y comercialización de los productos.
Pero en el caso, con el obradorismo, el encargo presidencial es buscar siempre la mejor vida democrática para elegir a los encargados y representantes.
En la reunión comunitaria, todos participan, primero, en la decisión de poner la tienda.
Segundo, en la elección del encargado.
Tercero, en la elección de la mercancía que habrán de ofrecer.
Cuarto, en la elección del cuerpo directivo que vigilará la pulcritud y transparencia de las operaciones.
Cinco, la rendición de cuentas.
Desde luego, si los administradores deciden vender en la tienda productos excluidos de la despensa básica establecida por SEGALMEX, lo pueden hacer, sujetos a los precios del mercado.

CINCO. Vigilar proceso democrático

Sergio Villasana, igual que el resto de delegados en el país, están pendientes del ejercicio democrático para establecer las tiendas de la Seguridad Alimentaria porque significa, entre otras cositas, el ejercicio de los derechos humanos de la población, en igualdad de circunstancias.
Más, porque se trata de la calidad de vida en las regiones indígenas, rurales y suburbanas, el epicentro social de su trabajo.
Y por eso mismo, viaja a cualquier rincón de Veracruz, una entidad geográfica más grande que varias naciones de América Central como Honduras, Guatemala, Salvador y Nicaragua, además, claro, de estar pendiente y cerca de Tamaulipas, la otra área jurisdiccional.

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Luis Velázquez

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