Luis Velázquez

Política y narco / Filme El candidato / Los malos mandan

ESCALERAS: Hay una película en Amazon con tema sórdido, siniestro y sombrío. Se llama “El candidato”. Es una historia por demás conocida en la vida pública. Manifiesta la alianza de los políticos con los carteles y cartelitos para adueñarse de la presidencia de la república.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, uno de los aspirantes y suspirantes por la jefatura del Poder Ejecutivo Federal es, ni más ni menos, el hijo del capo de capos. Y dueños del día y de la noche terminan imponiéndose.

PASAMANOS: En la rebatinga preelectoral, matan al presidente de la república en funciones, quien tiene su candidato.
Entonces, queda libre el camino para el hijo del capo.
El filme “cae como anillo al dedo” ahora cuando, un exjefe de Gobierno en la Ciudad de México es presidente. López Obrador.
Y cuando, además, otro exjefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, es candidato natural al Palacio Nacional.
Y cuando, además, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheiunbaum, ha sido posicionado en el imaginario colectivo como la favorita de López Obrador para trascender más en el país al entregar la estafeta a una mujer, la primera presidenta de la república.

CORREDORES: El presidente en funciones alardea que el narcotráfico ninguna parcela de poder tiene en la capital de la república.
Pero de pronto, los malos le cuelgan un montón de cadáveres en el Zócalo y el horror y el terror se multiplican.
Y la sucesión presidencial se desata, cuando el capo de capos, padre del jefe de Gobierno en funciones, mueve todas las fichas del miedo.
A partir de ahí se desatan asaltos, robos, crímenes, fuego cruzado, bombardeos, ajustes de cuentas.
La secretaría de Marina enfrenta a los malosos.

BALCONES: En la lucha por el poder aparece la CIA. La Embajada de Estados Unidos en un activismo inusual, digamos, como cuando Victoriano Huerta, aliado con el embajador, y el sobrino de Porfirio Díaz Mori, Félix Díaz, asesinaron al presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente, José María Pino Suárez.
Y cuando un candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue asesinado.
Y cuando también asesinaran al presidente reelecto, Álvaro Obregón, sin que nunca se conocieran, más que los homicidas físicos, los intelectuales.

PASILLOS: En el filme, el sexo ocupa espacio y tiempo singular. Y como el jefe de Gobierno de la Ciudad de México es la figura central, entonces, tiene esposa, pero también, amante.
Y la amante es una agente encubierta de la CIA, quien con un agente experimentado, andan tras la pista del capo para su captura, padre que es del jefe de Gobierno.
La vieja tesis de que en México, el narco ha filtrado muchos gobiernos, desde la presidencia de la república hasta presidentes municipales, permea de principio a final de la película, cuyo guión fue escrito por el reportero y escritor, León Krauze, el hijo de Enrique Krauze, uno de los intelectuales más evidenciado por López Obrador.

VENTANAS: Ficción, realidad, mitad ficción, mitad realidad, “El candidato”, película al fin, hace posible lo que niegan muchos políticos en el sentido de la alianza con los carteles.
El reportero y escritor, Ricardo Ravelo Galo, unos diez libros publicados sobre los barones de la droga, asegura que cada presidente de la república tiene su cartel favorito, y ni se diga, cada gobernador y alcalde.
Es el México que nos ha tocado vivir. Y padecer. Los capos, sometiendo a los políticos. Ya por la fuerza, la intimidación y el terror. Ya por el billete fácil. Ya por la bilirrubina que significa.

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