Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez

XXX ORDINARIO/A.

I.- PORQUE SOY MISERICORDIOSO (Ex 22,20-26).

Iniciamos nuestra meditación considerando el inicio del Sal 24 (23),1 “Del Señor es la tierra y todo cuanto la llena, el orbe y cuantos lo habitan” como una invitación a considerar a la persona humana como administradora; Dios es el Creador de todo y el hombre sólo administra y deberá rendir cuenta de ello. Ha tenido lugar la alianza del Sinaí y Yahvé ha entregado a Israel las diez palabras que se convertirán en la norma de conducta para todo el pueblo, pero que requieren de una mayor explicitación para regir la vida moral de la sociedad israelita, la cual gira en torno a cuatro figuras: a).- El forastero forma parte de la historia y de la experiencia en carne propia de los descendientes de Jacob ya que ellos estuvieron en Egipto por un espacio de tiempo de 430 años (cfr. Ex 12,40), primero rodeados de honores y privilegios (cfr. Gn 57,5b-12) para trocar después en la opresión de los egipcios (cfr. Ex 3,7-9) y conocen perfectamente lo que significa vivir en una tierra diferente a la natal y ahora les corresponde el turno de recibir a los forasteros que por diversos motivos viven ahora en medio del pueblo de Dios (cfr. Rt 1,16-17) y su relación con ellos ha de estar iluminada por la alianza y por las leyes que de ella derivan para manifestar el amor y la misericordia divinos. b).- la viuda, la mujer que no tiene familiar que cuide de ella y también la rescatara, según la ley había un pariente que tenía la función de rescatar (Lv 25,48-49); la viuda ha quedado en situación de indigencia, que es la falta de medios para alimentarse, para vestirse, etc. y tiene en la figura del “goel” quien la rescate y se haga cargo de ella (cfr. Rt 3; Nm 35,9-29; Gn 4,15; 1R 17,13-16), que incluso podría ser el mismo Dios. c).- el huérfano constituye otro segmento de la sociedad hebrea, que con frecuencia se veía en la misma situación que la viuda y también encontraba en el Señor la figura del “goel” porque Él hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero y le da pan y vestido (cfr. Dt 19,17). d).- la relación de israelita a israelita se rige conforme al código de la alianza, puesto que que se encuentra en relación con el otro que es siervo de Yahvé, a diferencia de la relación del judío con un no judío, que se mueve en otra esfera, conforme el estatuto ordinario del esclavo en la antigüedad (cfr. Lc 25,47-55; Sal 119 (118),151; Is 1,17; Jr 7,5-7).

II.- AMARÁS (Mt 22,34-40).

Después del fracasado intento de los saduceos, toca ahora el turno a los fariseos el renovado esfuerzo de tenderle a Jesús una trampa, ahora con un tema más delicado, pues trata sobre la ley, teniendo en cuenta que precisamente le reprochaban no cumplirla porque curaba en sábado, razón por la cual intentan acorralarlo con la incisiva pregunta que le dirigen: ¿cuál es el mandamiento mayor de la ley?, ocasión que Jesús aprovecha para insistir en la doctrina que ha predicado desde el principio: el Amor misericordioso de Dios. Recordemos que en Is 45,4 el amor de Yahvé a su pueblo le lleva al anuncio de la próxima liberación de su pueblo que se encuentra en el cautiverio; por su parte, Dt 6,5-6.12 enseña la manera de amar a Dios, sirviéndole sólo a Él y guardando sus mandamientos; Mt 23,23 insiste en que la esencia de la ley es la justicia, la misericordia y la fe; Jesús también ha dicho que el amor a Él se traduce en el cumplimiento de su Palabra (cfr. Jn 14,15.21.23; Mt 21,28-31a) y, en cambio, el no cumplir su Palabra refleja la falta de amor a Él (cfr. Jn 14,24). Pero no todo termina ahí, sino que al amor a Dios, el Señor equipara el amor al prójimo como a uno mismo, es más, nos pide amarnos como Él nos ama (cfr. Jn 15,12.17). Por otra parte, recordemos que la relación de Jesús con el débil, el frágil y necesitado es tal, que Él mismo se pone en el lugar del que sufre al decirnos “todo lo que hicieron a estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron”; al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo y al encarcelado (cfr. Mt 25,36-37.40). En la base encontramos la doctrina de Lv 19,9-10.12-14.16-18.33-37, con la insistencia presentada en los vv. 18 y 34, de amar al prójimo. San Pablo aborda este tema en 1Tm 5,3-16, como también lo encontramos en Hch 6,1-4, como una práctica presente ya en las primeras comunidades, con lo que nos recuerda que no se trata de hacer sufrir, ni oprimir, como tampoco de explotar, sino de amar, porque Dios es Amor y quien no ama, no ha conocido a Dios (cfr. 1Jn 4,8).

III.- EJEMPLO PARA TODOS (1Ts 1,5-10).

San Pablo nos presenta un elogio a la autenticidad de la fe de la comunidad de Tesalónica, con lo que se confirma la elección que de Dios han recibido y la aceptación del Evangelio con el poder del Espíritu Santo, lo cual los ha convertido en modelo para los creyentes; han renunciado a los ídolos y han difundido la Palabra y su esperanza en la venida de Jesucristo Resucitado, nuestro Salvador. ACTIVIDAD : 1.- ¿Cómo haces sentir el Amor de Dios al que es diferente a ti?; 2.- ¿te acercas a Jesús con la intención de amar y servir? ¿de qué modo?; 3.- ¿qué frutos ha producido tu imitación del Señor? MEMORIZA : ” … abrazando la Palabra con gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones” (1Ts 1,6b).

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