Luis Velázquez

Muerte de un hombre pobre / Vendía pan de casa en casa / Morir en la terrible soledad

UNO. Muerte de un hombre pobre



En Soledad de Doblado, un hombre de oficio panadero que vendía pan de casa en casa, murió de coronavirus. Y fue sepultado en el panteón municipal, acompañado de su esposa, dos hijos y un hermano.

La muerte y el sepelio de un hombre pobre. La muerte en el tiempo de la pandemia.
 Un día, se sintió mal. Le empezó a fallar la respiración. Se ahogaba.

Los hospitales públicos, saturados. Los hospitales privados, saturados, con todo y que de entrada exigen cincuenta mil pesos de depósito a los familiares de un enfermo, y cuando a los pocos días consumen los 50 mil pesos, otros 50 mil… y así se la llevan.

DOS. Pobres y con la pandemia

Durante varios días, el panadero permaneció sentado en un sillón tlacotalpeño, con remedios caseros.

Murió hacia el mediodía, sentado en la sala de su casa. Y luego luego debieron sepultarlo.

Si de por si la pandemia es grave y dura, los días y noches se complican con los pobres… por más y más que en la secretaría de Salud se repita el estribillo de que “por el bien de todos primero los pobres”.

TRES. Viaje a la muerte

El panadero se llamaba Marcelino. 50, 55 años. Hacia las 4 de la mañana de cada día agarraba una camionetita que tenía y viajaba a Córdoba donde compraba el pan.

De inmediato regresa al pueblo para que a primera hora, 7 de la mañana, lo ofreciera de casa en casa y entregara a uno que otro expendio.
A las 8 de la noche estaba durmiendo, listo para la faena mañanera del día siguiente.

De casa en casa, sin duda, fue contagiado. Y la muerte lo alcanzó. Duró diez días en el viaje hacia la muerte.

CUATRO. Morir en la soledad


La muerte en el tiempo de la pandemia es así. La persona muere, primero, en la soledad de la habitación o cuarto donde está refundido. Y segundo, es cremado, aun cuando en el caso de los pobres, sepultado en el cementerio.

Y otra vez, en la soledad. La tradición es que la familia completa, los amigos, los vecinos, los conocidos, estén en el momento estelar.

Ni siquiera misa de cuerpo presente en el ritual católico.
Ahora, la familia, tomando las precauciones necesarias dado el riesgo y peligro de un contagio.

CINCO. Más de 2 mil muertos


Al momento, de acuerdo con el reporte oficial han muerto en Veracruz más de dos mil personas.

Y como el rebrote ya está…, el subsecretario de Salud federal, SS, inculpando a los gobernadores de cada entidad federativa, bonita forma de “lavarse las manos”.

En los días que caminan, la población está modificando su actitud y creencia personal. La COVID, dicen, no tiene para cuándo.
Por vez primera, luego de 4 meses y cachito, el once de julio, Donald Trump apareció con un cubre-bocas en un evento público.

SEIS. Vivir con modestia

Trabajo duró y tupido Marcelino por su familia para una mejor calidad de vida. Años anteriores, cuando militaba en la izquierda del PRD, López Obrador, líder nacional, fue regidor en el pueblo. Y soñó con un desarrollo político superior.

Intrigas, envidias, conspiraciones, puñaladas, traiciones, lo descarrilaron. Entonces, juró que nunca más andaría en política. Se retiró para siempre.

Y luego de andar por ahí de oficio en oficio en el pueblo se volvió distribuidor de pan. Ahora, la esposa y los hijos seguirán con el negocito que les alcanza para vivir con modestia.

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