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Por su ubicación geográfica y la relevancia para Rusia, la ciudad portuaria de Mariúpol, en el este de Ucrania, es ahora un campo de batalla en la guerra que inició el presidente Vladimir Putin hace 31 días.
Es el puerto más grande de la región del mar de Azov y alberga una importante fábrica de hierro y acero. También es centro de exportación clave de recursos como carbón y maíz para compradores de Oriente Medio. Y es un punto que une la región del Donbás con Crimea, la península que Putin se anexionó en 2014.
Hoy, ese enclave está bajo fuego y 80% de su infraestructura fue devastada. Se han cortado los suministros de electricidad, agua y alimentos, así como la comunicación.
“Mariúpol tiene una importancia práctica y simbólica para Rusia”, dijo a The Guardian Andrii Ianitskyi, director del Centro para la excelencia en periodismo económico de la Escuela de Economía de Kiev.
“Es una gran ciudad portuaria y una base para las fuerzas armadas ucranianas. Así que, si los rusos quieren tener un corredor terrestre hacia Crimea, necesitan controlar la ciudad”, agregó.
La ciudad portuaria de Mariúpol se convirtió en emblema de la devastación dejada por la guerra.
“La situación en la ciudad sigue siendo trágica”, afirmó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un video publicado ayer.
El bombardeo la semana pasada contra un teatro que servía de refugio antiaéreo en esa ciudad habría dejado 300 muertos, según la alcaldía.
MÁS FOSAS COMUNES
La jefa del equipo de derechos humanos de la ONU en Ucrania, Matilda Bogner, dijo ayer que aumentaron las fosas comunes en Mariúpol, incluida una que parecía contener 200 cuerpos.
“Tenemos cada vez más información sobre las fosas comunes que hay allí”, dijo Bogner a periodistas por videollamada desde Ucrania, diciendo que parte de la evidencia provino de imágenes de satélite.
Bogner dijo que las muertes de civiles en Ucrania superaron las mil 035 y agregó que el equipo de la ONU está investigando lo que parecían ser ataques indiscriminados desde ambos bandos del conflicto.
Francia, Turquía y Grecia pondrán en marcha “en los próximos días” una “operación humanitaria” para tratar de evacuar a los civiles de Mariúpol, anunció el presidente francés, Emmanuel Macron, tras una cumbre de la Unión Europea (UE) en Bruselas.
Mariúpol es una “ciudad de 400 mil habitantes, de los que hoy sólo quedan 150 mil “viviendo situaciones dramáticas”, afirmó.
“Yo he huido, pero perdí a toda mi familia, perdí mi casa, estoy desesperada”, dijo Oksana Vynokurova, una mujer de 33 años, que logró salir de Mariúpol y llegar en tren a Leópolis (Lviv).
Otra refugiada que llegó en el mismo tren, Svetlana Kuznetsova, contó que en Mariúpol “no hay más agua ni luz. Vivimos en los sótanos y encendemos fuego para cocinar”.
AGENCIAS INTERNACIONAL
