Gabriel García-Márquez

LOS VIVAS DEL GRITO DE INDEPENDENCIA

Entre las intensas lluvias y la baja calidad de los espectáculos programados por los ayuntamientos de la región sur de Veracruz, para celebrar la noche del Grito de Independencia, mandaron a dormir temprano a las familias que tienen por costumbre asistir a este festejo que es una fiesta nacional para los mexicanos.

La lluvia tuvo mucho que ver para que esta fiesta resultara desangelada y las plazas lucieran prácticamente vacías, mientras los regidores se desvivían por animar a los veracruzanos a acercarse a los integrantes del cabildo y brindar con ellos, aunque fuera con un bote de agua.

Los juegos pirotécnicos resultaron poco atractivos, luego de haber vivido aquel megaespectáculo de luces, con drones y sonido, que se presentó durante el festejo de los 500 años de la fundación de la Villa del Espíritu Santo.

Los bailables y grupos locales no atrajeron la atención de las familias, que prefirieron resguardarse comiendo pozole hecho en casa con unas cervezas de cuartito o una paloma con tequila.

El único lugar donde sí se lució el gobierno fue en la Ciudad de México, donde la gente comenzó a llegar desde muy temprano por la tarde, para reservar lugar y poder ver en vivo y en persona a los legendarios Tigres del Norte, que fueron invitados a celebrar esta fiesta y que fueron aplaudidos a rabiar por el público que los admira y que coreó todas sus canciones. Se calcula que se concentraron en el Zócalo capitalino alrededor de 140 mil personas.

Como siempre lo hacen los mandatarios en el poder, después de los vítores a los héroes que nos dieron patria y libertad, las tradicionales arengas fueron modificadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, agregando las frases: ¡Viva la libertad! ¡Viva la justicia! ¡Viva la igualdad! ¡Viva la democracia! ¡Viva la honestidad! ¡Viva nuestra soberanía! ¡Viva la fraternidad universal! ¡Viva el amor al prójimo! ¡Vivan las culturas del México prehispánico! ¡Muera la corrupción! ¡Muera el clasismo! ¡Muera el racismo!.

De manera que a todos les tocó una “pedrada” lanzada desde el balcón del palacio nacional, ante una lista de invitados especiales bastante suigéneris en la que destacó la presencia del expresidente de Uruguay José Mújica, el expresidente de Bolivia Evo Morales, la hija de Ernesto “Che” Guevara, y la familia de Julián Assange.

Al lado del presidente de la República, destacaba la presencia por supuesto de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, elegantemente vestida con un atuendo creado por la diseñadora oaxaqueña Silvia Suárez, inspirada en la indumentaria tradicional del estado de Oaxaca.

Así, que luego de dos años de confinamiento, por fin los mexicanos pudieron disfrutar de un evento espectacular en la tradicional plancha del zócalo, donde los Tigres del Norte se lucieron con los éxitos que los han hecho tan famosos, no nada más en México, sino también en el extranjero.

Gabriel García-Márquez

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