¿ESTAMOS LISTOS PARA ENCONTRARNOS CON DIOS?

En estos últimos 2 años, he visto a muchos morir. Por causa del virus, por alguna otra enfermedad, por algún accidente, etc.
Solo hace poco ocurrió una tragedia en Brasil, en un lugar similar al Cañón del sumidero.

Se divertían y pasaban un momento agradable sin imaginar que sus vidas iban en cuenta regresiva. Estaban viviendo sus últimos minutos y no lo sabían.

Empezando el año, un accidente automovilístico arrebató la vida de varias personas en Chiapas. Y así muchos más, que tal vez ni salieron en alguna noticia.

Y siempre me lleva a preguntarme, si ¿estaban listos para encontrarse con Dios?, si los pocos segundos que tuvieron les permitió pedir perdón por sus pecados antes de dejar este mundo.

Pues después de morir no habrá tiempo de arrepentimiento. Los rezos de la gente, mientras yacemos en una caja, no te enviarán al cielo.

Los propósitos de muchos este año, son alcanzar bienes materiales, lujos, viajes y todo lo que engloba “vivir la vida al máximo” (y no está mal tener objetivos de hacerse de tu casa o un vehículo o darse unas vacaciones en familia) pero el problema es que nunca incluimos a Dios en nuestras vidas, no queremos un compromiso de vivir con la guía de su palabra.

Lo queremos para que nos ayude a cumplir nuestros sueños carnales y perecederos.
Lo queremos para que nos lleve a la felicidad material.
Lo queremos para sentirnos “bendecidos”.
Usamos su nombre para “decretar” que cumplirá nuestros caprichos.
Que Dios se comprometa conmigo a darme lo que quiero.

Pero no queremos la otra parte de él.
No queremos que nos diga cómo vivir en santidad y rectitud delante de él, porque eso significaría renunciar a lo que el mundo ofrece y no estamos dispuestos a tanto. Esa parte no nos gusta.
No quieres comprometerte con Dios para agradarle, pero sí que él te agrade a ti.
¿Cómo estás viviendo tú día a día?
¿Estamos listo para encontrarnos con el Gran Juez para rendir cuentas?
Otros más se irán este año, ¿Seré yo? ¿Algún familiar? ¿Algún amigo? ¿Conocido?
Necesitamos ponernos a cuentas con Dios. La vida se apaga de un momento a otro sin avisar. Creemos que llegaremos a viejitos con nuestra pareja. Que veremos a nuestros hijos crecer, pero solo Dios conoce nuestros días.
Hoy que respiras, estás a tiempo de buscar a Dios, su dirección, su guía.
No hay mayor bendición que ser salvo, que ser libre de nuestros pecados a través de Jesucristo (porque nosotros nada podemos hacer para ser salvos).
Que ser llamado hijo de Dios.
Una vez que tus ojos se cierren, no habrá más que hacer.
Deseo en mi corazón que muchos de ustedes sean bendecidos este 2022 con la salvación de Dios a sus vidas. Que tú y tu casa sean salvos. Que tus hijos y tú tengan temor de Dios, del Dios vivo y verdadero. Que sus labios adoren a Dios y bendigan su nombre hasta el fin de sus días.

Busca a Dios. Hoy.
No cuando estés más grande.
No cuando ya seas viejito.
Porque no sabemos si ese día llegará.

Nos leemos el próximo domingo si Dios nos presta vida.
¡Bendiciones abundantes!

Con amor Pastora Lupita Ruiz Sibaja.
Iglesia Tabernáculo de Dios.

En estos tiempos difíciles donde debemos congregarnos personalmente con todas las medidas sanitarias adecuadas, te invito a que nos acompañes en 2° Callejón de la báscula No. 10, colonia Esfuerzo de los Hermanos del Trabajo todos los domingos a las 11 am.

Busca a Dios con humildad de corazón.
Dios está donde su nombre es invocado.
Página de Facebook: Lupita Sibaja.
Consejería al Cel. 921-23-911-22.
Bendiciones abundantes.

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