El fracaso de las farmacéuticas para garantizar el acceso equitativo a las vacunas

En el artículo anterior hablamos que a pesar de los llamamientos urgentes para garantizar la distribución equitativa de las vacunas contra la Covid-19 en 2021, las empresas farmacéuticas fracasaron estrepitosamente a la hora de afrontar el reto de una crisis sanitaria y de derechos humanos global sin precedentes.

Por el contrario, monopolizaron la tecnología, bloquearon y presionaron para evitar que no se compartiera la propiedad intelectual, cobraron precios elevados por las vacunas y priorizaron el suministro a los países ricos, ha afirmado hoy Amnistía Internacional en una nueva evaluación de los principales desarrolladores de vacunas contra la Covid-19.

La empresa de análisis e información de carácter científico Airfinity ha aportado otras conclusiones que incluyen, a fecha 31 de diciembre de 2021, las siguientes:

• AstraZeneca produjo algo menos de 2.400 millones de dosis de vacunas en 2021, de las cuales suministró el 1,7% a países de bajos ingresos y el 70% a países de ingresos medianos bajos, lo que supone un incremento respecto a la evaluación anterior.

• Johnson & Johnson produjo algo más de 300 millones de dosis en 2021, de las cuales distribuyó el 20% a países de bajos ingresos y el 31% a países de ingresos medianos bajos, lo que representa un incremento significativo respecto a la evaluación anterior.

• Moderna produjo 673 millones de dosis en 2021, de las cuales distribuyó el 2% a países de bajos ingresos y un 23,5% a países de ingresos medianos bajos, lo que supone un incremento significativo respecto a la evaluación anterior, aunque sigue siendo insuficiente.

• Pfizer/BioNTech produjo 2.400 millones de dosis en 2021, de las cuales distribuyó el 1 % a países de bajos ingresos y el 14 % a países de ingresos medianos bajos, lo que supone un ligero incremento respecto a la evaluación anterior, pero por debajo del objetivo del 50 % fijado por Amnistía Internacional.

• Sinopharm produjo algo más de 2.200 millones de dosis en 2021, la mayoría de las cuales se suministraron a nivel nacional en China. La empresa suministró el 1.5 % de las dosis a países de bajos ingresos y el 24 % a países de ingresos medianos bajos, por debajo de lo requerido para una distribución equitativa de sus vacunas.

• Sinovac produjo más de 2.400 millones de dosis en 2021, la mayoría de las cuales se suministraron a nivel nacional en China. La empresa suministró el 0.4 % de las dosis a países de bajos ingresos y el 20.5 % a países de ingresos medianos bajos.

El informe de Amnistía también señala que estas empresas no comparten su propiedad intelectual, sus conocimientos ni su tecnología, ponen obstáculos al acceso justo a las vacunas, y presionan activamente contra la flexibilización de los derechos de propiedad intelectual.

“La lucha por las vacunas equitativas aún no ha terminado”, ha afirmado Rajat Khosla. “Seguiremos instando a las empresas farmacéuticas a que den prioridad al suministro a los países de bajos ingresos para cumplir el objetivo de la OMS de vacunar al 70 % de la población mundial antes de mediados de 2022. Todas las personas merecen la oportunidad de recibir una vacuna y, ahora que entramos en el tercer año de la pandemia, es hora de que todas las personas, vivan donde vivan, tengan acceso inmediato a ella”.

Amnistía Internacional también exige a las empresas que compartan la propiedad intelectual mediante la expedición de licencias abiertas y no exclusivas o participando en el Acceso Mancomunado a Tecnología contra la Covid-19 (C-TAP), creado para apoyar el intercambio de licencias abiertas y no exclusivas, divulgar públicamente todos los términos y condiciones y fijar el precio de las dosis de manera que los beneficios no se interpongan en el acceso a las vacunas contra la Covid-19.

“Los inversores también han desempeñado un importante papel en esta crisis mundial. Su falta de actuación efectiva demuestra que, mientras la Covid-19 desataba un sufrimiento inimaginable en millones de personas en todo el mundo, los inversores prosperaban, pero sin hacer nada para garantizar que sus inversiones no provocaran perjuicios en los derechos humanos a causa del enfoque basado en los beneficios que adoptan las empresas farmacéuticas”, ha añadido Rajat Khosla. “Hacemos un llamamiento a los inversores para que se responsabilicen de sus actos inmediatamente y utilicen su considerable influencia para presionarlas a fin de que eliminen los obstáculos al acceso equitativo a las vacunas y promuevan la responsabilidad y la transparencia.”

¿Usted qué opina?

Fuente: https://www.www.amnesty.org
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