El creador de la paleogenómica recibirá el Nobel

El sueco Svante Pääbo fue distinguido ayer con el Nobel de Medicina por sus estudios sobre la evolución humana, que incluyen la primera secuenciación del genoma de homínidos extintos y las transferencias genéticas entre subespecies, además de que creó una nueva disciplina: la paleogenómica.

Sus hallazgos han sido usados de forma extensiva por la comunidad científica para mejorar la comprensión sobre el ser humano y han revelado que secuencias genéticas arcaicas de homínidos extinguidos influyen en la psicología de los humanos actuales y en la respuesta inmunológica, destacó la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo, institución que otorga cada año el galardón.

“Pääbo usó tecnología existente y aplicó sus propios métodos para extraer y analizar ADN antiguo, cuando se consideraba imposible recuperar ADN de hace 40,000 años”, dijo en rueda de prensa el presidente de la Asamblea del Karolinska, Nils-Göran Larsson.

A finales de la década de 1990, casi todo el genoma humano había sido secuenciado, lo que hizo posibles estudios sobre la relación genética entre poblaciones humanas, pero no entre los humanos actuales y especies extintas, como los neandertales, que desaparecieron hace unos 30,000 años.

Pääbo (Estocolmo, 1955), quien se había doctorado en la Universidad sueca de Uppsala en 1986 con un trabajo sobre inmunología molecular, se interesó pronto por la posibilidad de aplicar la genética moderna al estudio del ADN de los neandertales.

Cuando hacía un doctorado más en Berkeley (California) con el grupo de Allan Wilson, pionero en la biología evolutiva, empezó a desarrollar métodos en esa área para afrontar un reto mayúsculo: tras miles de años solamente quedan fragmentos de ADN, contaminado además por material genético de bacterias y humanos contemporáneos.

Ya trabajando en la Universidad de Múnich, Pääbo decidió analizar ADN de mitocondrias, orgánulos de las células que contienen su propio ADN, presente en miles de copias, lo que le permitió secuenciar con éxito por primera ocasión el material de un hueso de 40,000 años de antigüedad.

El siguiente paso, desarrollado en el Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania), fue secuenciar todo el genoma de un neandertal, algo que logró en 2010 y que hizo posible “lo que parecía imposible”, en palabras del Instituto Karolinska.

Ese logro permitió investigar la relación entre los neandertales y los humanos de hoy día, revelando por ejemplo que el ADN de aquéllos era más similar al de los humanos originarios de Europa y Asia que al de los de África.

Pääbo y su equipo descubrieron también un homínido desconocido hasta entonces y bautizado como denisovano a partir de la secuenciación de una muestra de hueso de dedo meñique encontrado en el sur de Siberia.

Comparaciones con secuencias de humanos contemporáneos de distintos continentes mostraron que también había existido flujo genético entre denisovanos y Homo sapiens, una relación comprobada en poblaciones de la Melanesia y otras partes del sureste asiático.

“Revelando las diferencias genéticas que distinguen a todos los humanos vivientes de los homínidos desaparecidos, sus descubrimientos proporcionan la base para explorar qué es lo que nos hace singularmente humanos”, consta en el fallo.

Su relevancia

Además del premio recibido ayer, Pääbo atesora otros importantes galardones, como el Gottfried Leibniz de la Sociedad de Investigadores Alemanes (1992), la Medalla Darwin-Wallace y el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2018.

Larsson, presidente de la Asamblea del Karolinska, destacó la importancia de los trabajos de Pääbo. Es “realmente un gran descubrimiento” con repercusiones en la vida diaria, pues “establece las bases para tener un conocimiento más profundo sobre las características que son específicas de los humanos modernos” y en el futuro dará “grandes conocimientos sobre la fisiología humana”.

Ante un Nobel en Fisiología o Medicina, tal y como se llama exactamente esta categoría, Larsson consideró que sorprender “es bueno; queremos sorprender a la gente con buenos premios y éste es un gran descubrimiento fundamental”.

Ganar el Nobel le reportará a Sääbo 10 millones de coronas suecas (916,000 euros, 882,000 dólares).

Con el premio en Medicina se abre la ronda de ganadores de los Nobel de este año, que continuará mañana con el de Física y seguirá en días sucesivos, en ese orden, con los de Química, Literatura, de la Paz y Economía.

AGENCIAS INTERNACIONALES

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