Biden y los migrantes/ No más persecuciones/ No más hijos separados

ESCALERAS: Joe Biden, de 78 años, casado por segunda ocasión, es el virtual presidente de Estados Unidos. Su discurso inaugural fue de concordia. Unidad total. El tema de la migración figura en una de sus tres prioridades. La segunda, el COVID. La tercera, la economía.
Ya se verá. Pero con todo y luego de Donald Trump, la esperanza resucita. Bien sería el fin del infierno para los migrantes del mundo. Entre ellos, de América Central, Honduras, Guatemala y El Salvador. Y México.

PASAMANOS: Treinta millones de migrantes con credencial de elector sufragaron por Biden. La esperanza.
No más cacería de migrantes. No más policía migratoria en contra de ellos. No más razias por el simple delito de caminar como migrante, mirar como migrante, reaccionar como migrante, vestir como migrante.
No más separación de niños, incluso, de pecho, de sus padres. Y menos, mucho menos, en la frontera norte apenas ponen un pie en el país vecino.
No más rangers cazando a migrantes cruzando el desierto. No más persecución a la salida de las iglesias y las escuelas.

CORREDORES: No más detenciones ilegales, confinamiento en cárceles saturadas y deportaciones.
No más órdenes a México para que la Guardia Nacional corretee, detenga y deporte a migrantes centroamericanos.
No más razias a deshoras de la noche en los ranchos. No más detenciones de migrantes los fines de semana.
No más acusaciones de que los migrantes son pillos, ladrones, rateros, violadores y asesinos.
No más discursos incendiarios contra México. No más presiones y represiones al país creyéndose dueño único y absoluto del mundo.
No más soberbia, difamaciones y calumnias. No más desplantes, rencores, odio, desprecio, menosprecio y desdén.

BALCONES: Joe Biden reveló en el discurso declarándose virtual presidente electo que cuando salió de su casa para estudiar su padre lo abrazó y le dijo frase célebre, memorable, citable y bíblica:
“Ten fe. Mucha fe”.
A los 29 años fue electo legislador. Y desde entonces, ha sido parte del poder norteamericano. 49 años seguiditos en la cúspide.
Y le ha ido tan bien que ninguna arruga se le advierte en la cara. Voz fuerte y tronante, bien hilado el discurso expositor de su filosofía política.
Bastaría referir que eligió vicepresidenta a una licenciada, de color, hija de padres extranjeros, de 54 años de edad, y lo que constituyó un buen mensaje para los migrantes.
Más, mucho más, luego de Donald Trump.

PASILLOS: Por eso, la esperanza fundada para los migrantes del mundo. Estados Unidos, dijo, en una tierra de oportunidades. Aquí, aseguró, cada quien puede soñar y luchar y llegar tan lejos como pueda.
Desde luego, ha empeñado su palabra y en el día con día a partir del veinte de enero, fecha de posesión, se irá definiendo.
Ningún migrante espera privilegios. Por el contrario, el respeto a los derechos humanos.
Y por eso mismo, nada mejor para cualquier migrante que alistar los papeles y evitar desaguisados.

VENTANAS: Barak Obama es demócrata. Fue presidente. Y “pian pianito”, con bajo perfil, pero también entró “duro, tupido y rudo” a la deportación de migrantes.
¡Vaya tiempos aquellos cuando Porfirio Díaz Mori era dictador y en Estados Unidos “las puertas abiertas” para los migrantes contratados para la construcción del ferrocarril en la frontera sur del país vecino.
Ahora, con todo y los millones de norteamericanos desempleados, el país más poderoso del planeta, la posibilidad de que la política represiva de la Casa Blanca se apegue al derecho internacional.
Los derechos humanos, por encima de todo.

Barandal
Luis Velázquez