Elizabeth Aviña/Liberal Puedes encontrar las artesanías de don Antelmo a un costado de la Pirámide en el Malecón Costero.

Artesanía que cura

A pesar de todos los factores que han contribuido a las bajas ventas, don Antelmo Zenteno Mendoza, no ha parado de producir artesanías para comercializarlas como desde hace 7 años; todo esto con un plus: son curativas.

Y es que, entre la pandemia, las inclemencias del tiempo y la sociedad con poco flujo económico, su remuneración económica no es igual que cuando comenzó a vender, sin embargo, no se ha doblegado y continúa esforzándose a diario para salir adelante.

Su lugar predilecto para vender es la banqueta a un costado de la pirámide del Malecón Costero y ahí cuenta con pulseras, collares, piedras como el cuarzo y el jade, algunas de esas piedras, asegura que son curativas y solo con fe ayudará a quien las compre a sanar sus dolores o necesidades.

-¿Cuáles son las piedras curativas?
-Los cuarzos son curativos, hay para estudiantes, para que les abra el cerebro, la mente, para la buena suerte, para atraer dinero, para quitar dolor, la migraña, la envidia.

-¿Cómo surte efecto?
-El cuarzo es curativo, lo hace el creador Jehová, aparece en La Biblia, en Éxodo 28,17, por lo tanto, es curativo, pero hay que saberlo aplicar, lleva su sistema, su tiempo, según el dolor que tenga, cuántos meses, cuántos años es el sitio que se te va a poner el cuarzo donde te duele y se te va a quitar teniendo fe y creer en Dios y en la piedra, aunque es Dios a través de la piedra, pero no todos tenemos el don de sanación. No todos los artesanos lo ocupan para eso, algunos solo para vender y tener recursos.
Hay personas que vienen amoladas de dinero y de dolor, se le ve, entonces le digo, si haces lo que te digo se te va a quitar, me dicen, pero no traigo dinero, le digo que se lo presto o se lo regalo y ya se van contentos y al rato Dios me bendice y ya vendo más. Es una labor de humanidad.
El cuarzo es delicado. Ya que toca tu cuerpo no te lo debe tocar nadie porque la energía se va, entonces si tú lo vas a utilizar con alguien, entonces tú se lo pondrás donde le duele, según el dolor y se le quitará.
Los cuarzos me los mandan de Xalapa y ya yo los elaboro, los engarzo, se le pone alambre, hilitos y el jade y la piedra fósil la traigo de Chiapas, igual el ámbar.

-¿Vienen mucho a buscarlos?
-Sí, una vez en Allende llegó un señor con su esposa y su hijo y me dijo: no creo que me lo quite este dolor que tengo, tanta medicina que he tomado, canija medicina. Y le digo: te voy a hacer una pregunta, ¿hay algo imposible para Dios?, -no-, dijo. Lo que le voy a poner lo hará Dios, le dije, -pues entonces póngamelo-dijo. Se lo puse y en cinco minutos que se lo puso me dijo que se le quitó y me compró mil pesos, pero el cuarzo no se lo quitó, se lo quitó Dios.

-¿Es usted de aquí?
-No, De Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, pero llevo más de 40 años viviendo en Coatzacoalcos.

-¿Y cómo le ha ido en las ventas?
-Pues hay que acatar la voluntad de Dios, él ha mandado agua y con eso no se puede vender y la gente no viene, hoy ya vine un rato, el fin de semana no. Ahorita está subiendo un poco la venta por la pandemia, la gente no compra porque no viene, por miedo, pero ya gracias a Dios estamos en naranja, la gente se destrampó y volvimos a caer en rojo.

-¿Cuáles son los precios?
-De 50 a 300, antes los vendía en 80, pero por la pandemia lo bajé a 50. Hay atrapa sueños, algunos patrios por septiembre.

Coatzacoalcos
Elizabeth Aviña

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