NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

I.- SU REINO JAMÁS SERÁ DESTRUIDO (Dn 7,13-14). El texto del profeta Daniel es producto de una visión nocturna, como él mismo nos lo indica en v. 13. La visión de hoy es antecedida y seguida por visiones; todas tienen en común la temática: la sucesión de los antiguos imperios, aunque no con rigor cronológico. Todos los reinos (caldeos, persas, macedonios, etc.) aparecen muy poderosos, pero siempre hay uno más fuerte y que acaba por desplazar al otro. Otro dato peculiar es que todos han sido opresores de Israel, el pueblo elegido ha sufrido mucho en manos de estos reyes y en el tránsito de un imperio a otro, han experimentado la justicia y la misericordia de Dios. El texto de hoy, forma la parte final de la visión del anciano y del ser humano, es la visión que muestra a Dios y a su pueblo impartiendo justicia, el momento en el que se le quitará el poder a los reinos del mundo y le será entregado al pueblo del Altísimo (v. 27). Del cielo baja alguien que se dirige al anciano, parecido a un ser humano, pero que supera misteriosamente la condición humana. Los grandes reyes e imperios otrora poderosos, han desaparecido, en cambio, al hijo del hombre se le entrega el poder, el honor y el reino, todos le servirán, su poder es eterno y su reino no será destruido.

II.- “TÚ LOS HAS DICHO. SOY REY”. (Jn 18,33-37). Nos encontramos con el relato de la Pasión, concretamente con la escena de Jesús ante Pilato y el diálogo que inicia con el tema que tanto preocupó a Herodes: el rey de los judíos (cfr. Mt 2,2) y también en forma interrogatoria. La respuesta de Jesús es afirmativa, aunque con algunas matizaciones: a).- Él es rey y ha venido al mundo para dar testimonio de la verdad y, b).- su reino no es de este mundo. Por otra parte no olvidemos que Jesús también habló con insistencia del servicio ( Jn 13,12-15) y de que los jefes deben ser servidores (Mt 20,24-28); en el reino de Jesús se es grande e importante cuando se es servidor, se es el primero cuando se convierte en el esclavo de todos. Por está razón Jesús no responde a la primera pregunta que circunscribe su reino solamente a la raza judía, Él responde cuando le preguntan de modo general ¿“Conque tú eres rey”?, porque Él vino para que todos escuchen su voz.

III.- EL ALFA Y LA OMEGA (Ap 1,5-8). En lo que podríamos llamar la introducción de las cartas a las Iglesias de Asia, san Juan presenta a Jesús como el Testigo fiel, porque las promesas hechas a David en Él tienen su cumplimiento, es la palabra eficaz y el heredero de David; Jesús es el Primogénito entre los muertos por su resurrección y después de la destrucción de sus enemigos, recibirá el reinado sobre todo el universo. Pero también nos ama y nos ha purificado de nuestros pecados con su sangre y nos ha unido a Dios al hacer de nosotros un reino de sacerdotes.

Pbro. Lic. Wílberth Enrique Aké Méndez.

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