7 jóvenes que tuvieron grandes ideas durante la Covid-19

La pandemia de Covid-19 ha afectado gravemente a la gente joven, interrumpiendo la educación, haciendo peligrar su trabajo y sembrando de incertidumbre su futuro.
Pero no todo han sido malas noticias la gente joven también ha sido uno de los grupos más activos en responder a la pandemia y hacer campaña en favor de los derechos humanos. Jóvenes activistas de Malasia, Afganistán, Senegal, Polonia, Australia y Kirguistán contaron las iniciativas extraordinarias que pusieron en marcha o en las que se involucraron para apoyar a su comunidad.

DEFENDER LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
En Polonia, Sandra Grzelaszyk, de 20 años, hace campaña por los derechos de las mujeres, especialmente el acceso al aborto. Polonia ya tiene algunas de las leyes sobre el aborto más estrictas de Europa, y en el año 2020 se presentó en el Parlamento un proyecto de ley que, de aprobarse, prohibiría el aborto en los casos de malformaciones graves y mortales del feto. La imposibilidad de protestar en la calle debido al confinamiento hizo que Sandra y sus compañeras de campaña trasladaran el activismo a Internet. Publicaron fotos y vídeos invitando a la gente a hacerse oír firmando la petición de Amnistía Internacional Polonia para impedir la promulgación de la ley. Hasta junio 2020, más de 80 mil personas han firmado la petición.
“Los dirigentes están utilizando la pandemia para aumentar su poder o cambiar la ley. Nos enfadaba enormemente que el gobierno pudiera hacer algo así durante un momento tan difícil para todo el mundo, sin que la ciudadanía tuviese la posibilidad de expresar sus objeciones. Someterse a un aborto es una decisión personal en todos los casos. Sólo cada mujer sabe cuál es la mejor decisión para ella. No creo que el feto sea más importante que la vida de una mujer. La gente puede tener distintos planes para su vida; no todo el mundo quiere tener familia e hijos, y está bien. Hay personas que quieren controlar el cuerpo de las mujeres, pero las mujeres no somos bienes que puedan poseerse. Soy una mujer, y sólo quiero vivir mi vida sin miedo y sin que me controlen sólo por mi género.” Expreso la joven originaria de Polonia.

REPARTIR MASCARILLAS
En Senegal, Mamadou Diagne, de 25 años, reparte mascarillas a algunas de las personas que corren mayor riesgo de infectarse de Covid-19 para intentar ralentizar la propagación del virus. Hasta el momento, él y sus compañeros y compañeras voluntarios han repartido mil mascarillas a comerciantes que deben llevar protección facial y utilizar desinfectante de manos, según las reglas establecidas por las autoridades. Las mascarillas habían sido donadas por un exactivista de Amnistía que ahora vive en Países Bajos.
“La gente se alegra recibir estas mascarillas, porque no todo el mundo tiene la posibilidad de conseguirlas. Los comerciantes están en contacto con gente durante todo el día, por lo que están más expuestos que otras personas. Si se contagian pueden propagar el virus muy rápido. También queremos entregar mascarillas a mendigos y talibés (niños obligados a mendigar por maestros de las escuelas coránicas). Son vulnerable porque, al igual que los comerciantes, están todo el día en contacto con gente. Combatir esta pandemia no es fácil. La gente tiene miedo a este coronavirus. Cuando corre el rumor de que tal o cual persona tiene Covid-19, se estigmatiza y avergüenza a esa persona.”

LUCHAR CONTRA LA XENOFOBIA
En Malasia, Heidy Quah, de 26 años y fundadora de la ONG Refuge For The Refugees (Refugio para las Personas Refugiadas), ayuda a algunas de las personas más marginadas de la sociedad. La ONG de Heidy ofrece escolarización a niños y niñas refugiados, pero durante la pandemia se ha adaptado para satisfacer las necesidades de las familias refugiadas. Heidy distribuye productos básicos como arroz, huevos y leche en polvo a familias refugiadas gravemente afectadas por la “orden de control de la circulación” dictada para detener la propagación de la Covid-19.
Heidy también denuncia el trato que el gobierno malasio está dando a las personas refugiadas durante la crisis. Con la excusa de combatir la Covid-19, el gobierno ha detenido a miles de personas migrantes indocumentadas, entre ellos niños y niñas, y las ha recluido en centros de detención. Las publicaciones de Facebook en las que Heidy denuncia las condiciones deplorables de estos centros le han valido amenazas de muerte, hostigamiento online y el cuestionamiento de la policía; pero ella está decidida a utilizar su voz.
“Las detenciones masivas han dado lugar a la masificación de los centros de detención. A su vez, la masificación ha hecho que en esos centros se haya producido un aumento de los casos. Debido al hacimiento, la Covid-19 se ha propagado como un incendio y el número de casos se ha incrementado fuertemente. Hemos sabido de historias de bebés nacidos en centros de detención que, al nacer, son declarados casos positivos de Covid-19. Así de terrible es la situación ahora mismo. No puedo ni empezar a imaginarme cómo debe de ser tener esa preocupación tan terrible por mi propia seguridad. No entiendo por qué necesitamos tratar a otros seres humanos de un modo tan horrendo. Me frustra. ¿Cómo querría yo que me tratasen si algún día me detienen? ¿Qué querría que hiciesen por mí las comunidades a las que pertenezco? ¿Qué puedo hacer con los privilegios que tengo? No se trata de poseer una casa lujosa, un buen coche y poder irse de vacaciones, sino más bien de tener voz, y que tu voz cuente”.

CONTINUARÁ…

Fuente: https://www.amnesty.org

¡Ahora que lo sabes, haz valer tus derechos! cultura.legal19@gmail.com

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