Una de las líneas de investigación que se robustece en torno al homicidio de un laico que apoyaba al albergue Caritas en Minatitlán, gira en torno a una extorsión. Allegados al caso indican que la víctima estaba por recibir una fuerte suma de dinero producto de la venta de unos terrenos.
“No tengo nada”, fue lo último que dijo el abogado y voluntario de la iglesia católica José Antonio Izquierdo Sánchez cuando sus atacantes lo interceptaron afuera de la iglesia La Divina Providencia”, y le dispararon hasta matarlo.
La víctima se dedicaba a repartir comida a necesitados en la ciudad, donde el número aumentó por el desempleo.
Después de haber terminado de repartir alimentos, el último día con vida José Antonio comió pizza y tomó refresco junto a las hermanas del comedor Caritas de la Parroquia La Divina Providencia.
“¡El que se quedó se quedó!”, recuerda una de las hermanas que dijo José Antonio y se retiraron a las seis de la tarde, deberían regresar temprano el sábado a donar unas despensas de un apoyo que había gestionado.
Por la mañana estacionó su automóvil, testigos dieron a conocer que sujetos ya lo esperaban, y después de que bajó de su carro se le acercaron a él, y lo asesinaron.
“Estamos en un tiempo difícil por la pandemia, por el confinamiento, pero para la delincuencia organizada no hay tregua, sigue habiendo extorsión, asesinatos y secuestros”, expresó el párroco Donaldo Antonio en la misa transmitida en redes sociales en el momento que se había enterado del asesinado de uno de sus feligreses.
Trasciende que José Antonio Izquierdo Sánchez pronto recibiría un dinero de unos terrenos producto de su trabajo como contratista, lo que despertó la ambición de la delincuencia.
Pensaba ocupar una parte del efectivo en la obra de la iglesia, “pero la gente mala se había enterado, aún así no acudió a las autoridades y decidió confiar en la voluntad de Dios”.
Hace poco les platicó a su familia y a los hermanos la idea de abrir un restaurante para que de esa manera ese negocio solventará los gastos del comedor comunitario.
Desde hace tres años que José Antonio llegó a la comunidad de la parroquia “Divina Providencia” se dedicó a acatar las reglas.
El año pasado se casó por la iglesia, y parecía que la vida le sonreía tenía a Dios y una familia, ahora todos sus planes giraban en apoyar a los que menos tienen.
“Su vida anterior no la sé, pero te contaré del hombre que hace poco entregó su vida al servicio, siempre estaba ideando cómo obtener recursos para el comedor”, expresa una de las hermanas.
Mientras tanto el padre Donaldo Antonio concluyó invitando a unirse en oración por la paz en la ciudad, en el país.
“Yo siempre escucho las noticias por las noches, siempre las veo, y nuestro secretario de seguridad Alfonso Durazo, dijo que Veracruz es ejemplo, que la delincuencia a bajado y sabemos que eso no es cierto, oremos por la paz”.
El asesinato de José Antonio causó consternación y profunda tristeza en los feligreses.
Minatitlán
Maricarmen Rosas