Agencias/LIBERAL Asegura que nunca se debe subestimar el poder de una persona y especialmente el de los jóvenes.

‘Se debe tratar como una crisis climática’

Greta Thunberg cumple hoy 18 años, aunque por su físico menudo y su rostro aniñado parece más joven aún. Hasta que habla. A partir de ese momento, cuesta recordar que es todavía una adolescente, que vive en Suecia con sus padres, su hermana y un perro, y que tiene que rendir materias como cualquier estudiante. Porque cuando habla, sus facciones cambian, endureciéndose, se vuelve asertiva y mira a los ojos. No duda. Exige.

“¡Debemos comenzar a tratar la crisis climática como una crisis y a tomar medidas para detenerla!”, dice durante una conversación con La Nación de Argentina, aunque al principio, cuando recién se conectó al encuentro, vía Zoom, empezó pidiendo disculpas, sin levantar la vista. “Perdón por la demora en conectarme, la computadora se reinició sola”, explicó, mientras movía las manos, sin cesar, por fuera del encuadre de la cámara de su laptop.

Son las 16:00 horas del sábado en Estocolmo, pero es ya noche cerrada en la capital sueca. Ella aparece a cara lavada, con la trenza que la caracteriza y un buzo negro con capucha, con una inscripción en letras blancas que tampoco llega a verse. “Nunca debemos subestimar el poder de una persona y especialmente el poder de los jóvenes. Los jóvenes tienen el poder de cambiarlo todo”, dirá con el correr de los minutos, en una conversación en la que lanzará varias afirmaciones absolutas, regadas de palabras como “todo” y “nada”, o cargará contra lo que define como la “traición” de las generaciones mayores, pero en la que también mostrará un notable sentido común.

-Publicó un video al cumplirse los cinco años del Acuerdo de París, el 10 de diciembre, lamentando las promesas vacías de los líderes globales ¿Podemos cambiar eso?-

“Sí, claro, podemos cambiarlo. Tenemos los medios para cambiar básicamente todo. Todavía tenemos todo en nuestras propias manos y todavía podemos cambiar esto, pero no si continuamos por la misma senda que hasta ahora. Hoy se cumplen años desde que se firmó el acuerdo de París y hemos visto algunos cambios durante este tiempo, por supuesto que han pasado muchas cosas y las leyes han cambiado, pero las acciones que realmente se necesitan para afrontar el cambio climático aún está lejos de implementarse”.

EL AVANCE ES LENTO

-Sin embargo, los líderes de la Unión Europea acordaron en diciembre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en, como mínimo, el 55%. Es una buena noticia y un avance, ¿no?-

“Sí, eso se propuso a principios de este otoño y se acordó ahora. Y es muy lamentable. No está lo suficientemente cerca de donde debemos estar para estar alineados con los acuerdos de París o con los objetivos para limitar el calentamiento global a 1,5°C o menos. He hablado con esos líderes y ellos dicen que tenemos que avanzar despacio, paso a paso y llevar al público lentamente. Pero incluso si esa reducción del 55 % fuera suficiente -lo que no es así-, tampoco es que el objetivo de reducción de emisiones sea realmente del 55 % porque incluye muchas lagunas y excepciones. Para empezar, porque fija la línea de base, de medición, en 1990. Así que en realidad no será el 55 % a medir a partir de 2010, como debe estar según la ONU. Y tampoco incluye un índice de consumo o transporte y aviación internacional. Por el contrario, incluye la posibilidad de sumideros y redes de carbono y mucho más. Entonces ese 55 % que anunciaron no es tal cosa, y deja afuera los aspectos de equidad, que es la parte más esencial del acuerdo de París.

-¿Cómo impacta esta pandemia en los esfuerzos globales contra el cambio climático? Y dado que al fin comienzan a distribuirse las vacunas, ¿hay algo que le preocupe a medida que dejemos atrás el Covid-19?-

“Nada en realidad. Quiero decir, tenemos que ver qué pasará y aceptar lo que nos venga, supongo, así que no me preocupo por el futuro o lo que pueda pasar a partir de ahora. En cambio, sí trato de hacer todo lo posible para cambiar las cosas. Por supuesto, un problema muy grande en estos momentos es que no estamos tratando la crisis climática como una crisis y solo estamos hablando, por ejemplo, de estos objetivos de reducción. Se ve como ambicioso, pero es muy problemático porque la gente no se da cuenta de lo que realmente significan estas cosas. Las personas en el poder pueden salirse con la suya básicamente con cualquier cosa que digan porque la gente no sabe lo que eso significa en realidad”.

HORA DE TOMAR DECISIONES

-¿Podemos ejercer más presión contra los tomadores de decisiones? ¿Considera que hay alguna manera de ejercer más presión, realmente, sobre ellos?-

“Sí, claro, eso es lo que tenemos que hacer, porque tenemos la suerte de vivir en democracias y en democracias, la gente es la que tiene el poder. Entonces, si queremos cambiar, debemos exigir ese cambio y es muy probable que se produzca ese cambio ¡Quienes están en el poder no actúan sin una presión real de la gente! Así que depende un poco de nosotros”.

-¿Cree, por ejemplo, que algo va a cambiar con Joe Biden en la presidencia de Estados Unidos en vez de Donald Trump, con quien usted protagonizó varios cortocircuitos públicos, incluso por las redes sociales?-

“Definitivamente. Se trata de un gran cambio con respecto a cómo era antes. Y sí, algo puede cambiar, pero la presión debe estar ahí. Necesitamos presionarlo. No podemos relajarnos y pensar que todo irá bien. Tenemos que seguir presionando, tal vez incluso más ahora que antes”.

PARECE QUE FUE AYER
Nació el 3 de enero de 2003, en Estocolmo, donde estudia y donde, en agosto de 2018, inició una protesta frente al Parlamento sueco, adonde acudió todos los días para exigirle al gobierno de su país que actuara en base a lo establecido en el Acuerdo de París.

Para diciembre de ese año, su ejemplo había cundido entre jóvenes de todo el mundo que se movilizaban en más de 270 ciudades de todo el mundo, sumándose a su iniciativa de los “Viernes por el Futuro”.

Ganadora de múltiples premios -cuyo dinero siempre donó a la lucha contra el cambio climático o contra la pandemia-, en 2019 la revista Time la seleccionó como la “Persona del Año”, en tanto que la BBC la incluyó entre las 100 mujeres más relevantes del mundo.

En 2014 fue diagnosticada con Síndrome de Asperger, trastorno obsesivo compulsivo y mutismo selectivo, lo que ella cuenta que la limitó en el pasado, pero que ahora ve como un “súper-poder”.

Buenos Aires
La Nación

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