Un grupo de investigadores sugiere que Erg Chech 002, una extraña roca espacial con cristales que cayó en el Sahara, podría dar una nueva comprensión sobre el origen del Sistema Solar primitivo, según se detalla en un estudio publicado el martes por la revista Nature.
La roca espacial fue encontrada en mayo de 2020 en un erg –o mar de arena–, en el desierto del Sahara, precisamente en el Erg Chech, ubicado al suroeste de Argelia.
Si bien se sabe que es una acondrita, es decir, un meteorito que ha sufrido procesos de fusión en otros planetas o asteroides de los que formaba parte, aún no se ha clasificado en un grupo, ya que se desconoce su origen o sus relaciones de parentesco con otras rocas.
Los científicos suponían que se trataba de la roca volcánica más antigua jamás encontrada y que esta habría formado parte de algún protoplaneta ya extinto, pero su edad solo había sido estimada.
En el reciente trabajo, los científicos aseguran haber efectuado el cálculo más preciso alguna vez realizado de un objeto caído del espacio y concluyen que la roca tiene 4.500 millones de años, específicamente 4.56556 millones de años.
El aluminio-26 para identificar la antigüedad de un objeto.
Hace unos 4.567 millones de años, el Sistema Solar comenzó a formarse a partir de polvo y gas, en una nebulosa densa que flotaba en el espacio.
En esta enorme nube de materia había grandes cantidades de elementos, entre ellos el aluminio, que se presentaba de dos maneras: aluminio-27, de forma estable, y aluminio-26, un isótopo radiactivo que, al explotar, se convierte en magnesio-26.
“El aluminio-26 es un material muy útil para los científicos que desean comprender cómo se formó y desarrolló el Sistema Solar. Como decae con el tiempo, podemos utilizarlo para datar acontecimientos, sobre todo en los primeros cuatro o cinco millones de años de vida del Sistema Solar”, explicó el autor principal Evgenii Krestianinov, cosmoquímico de la Universidad Nacional de Australia, en una publicación de The Conversation.
Los investigadores creen que el aluminio-26 es relevante porque podría haber sido la principal fuente de calor en el Sistema Solar primitivo, la cual podría haber influido en “las pequeñas rocas primitivas que más tarde se agruparon para formar los planetas”, añadió.

“El instrumento de Espectroscopia de Descomposición Inducida por Láser (LIBS) a bordo del róver Chandrayaan-3 ha realizado las primeras mediciones in situ de la composición elemental de la superficie lunar cerca del polo sur”, informó la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO, por sus siglas en inglés) en un comunicado.
El análisis espectrográfico también confirmó la presencia de aluminio, calcio, hierro, cromo y titanio en la superficie lunar, añadió la ISRO, con mediciones adicionales que muestran la presencia de manganeso, silicio y oxígeno. Asimismo, la misión india busca ahora hidrógeno.
Agencias/India
ESTADOS UNIDOS
AGENCIAS