El monumento megalítico Stonehenge sigue revelando secretos sobre su origen y sobre los habitantes de las islas británicas en la Edad de Bronce, tras descubrirse que su altar no procede de Gales, sino de Escocia, según expone un estudio publicado el pasado miércoles en Nature.
La investigación, liderada por expertos de la Universidad Curtin, arroja luz sobre uno de los elementos más espectaculares de este famoso anillo de piedras, levantado en el sur de Inglaterra hace 5000 años.
Estudios anteriores sostienen que Stonehenge no estuvo siempre en su posición actual y que pudo proceder de un yacimiento neolítico de las colinas de Preseli, al oeste de Gales, a unos 280 kilómetros de distancia.
No obstante, este nuevo trabajo constata que al menos el altar, un bloque de piedra de seis toneladas, procede del noreste de Escocia, según se desprende del análisis químico y la datación, que lo diferencian claramente de las muestras galesas.
Estos resultados, destaca, proporcionan una huella química distintiva que sugiere que la materia prima proviene de la cuenca de Orcadian, en Escocia, a unos 750 kilómetros de Stonehenge.
HALLAZGO ARROJA LUZ SOBRE ANTIGUOS MÉTODOS DE TRANSPORTE
En opinión de Chris Kirkland, coautor, los hallazgos tienen implicaciones significativas para comprender el funcionamiento de esas comunidades antiguas, sus conexiones y sus métodos de transporte.
El origen del altar, resalta, pone de relieve el hecho de que estas sociedades disfrutaban de un alto nivel de coordinación durante el periodo Neolítico, al tiempo que presenta un panorama “fascinante” sobre la Gran Bretaña prehistórica.
GRAN BRETAÑA
AGENCIAS