El flujo de remesas que recibirá México en el segundo semestre del año será positivo pero volátil, coincidieron economistas de Citibanamex y BBVA México.
Si bien reconocieron el significativo incremento anual de 11.3% en las transferencias en dólares captados en México en forma de remesa durante junio, concuerdan en advertir que continuará moderándose ante la desaceleración de la economía estadunidense.
Aparte, expertos en el tema del Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (CEMLA), matizaron que las remesas dirigidas a migrantes en tránsito son las que apuntalan “ligeramente al alza” las cifras registradas.
Y acotaron que los flujos recibidos por las 4.9 millones de familias de origen de los migrantes mexicanos que trabajan en Estados Unidos, están sesgados a la baja.
De acuerdo con un análisis de Guillermina Rodríguez Licea, economista de Citibanamex, la depreciación del dólar observada en junio contribuyó al aumento significativo en términos reales de las remesas ante la expectativa de obtener mayores recursos en pesos.
Desde abril, el economista principal sobre migración y remesas del Banco Mundial, Dilip Ratha comentó que los flujos de remesas son resultado del mayor esfuerzo que hacen los emisores por suavizar el impacto que tiene una moneda local fuerte en el hogar receptor, así como del impacto que tiene la inflación en su familia de origen.
MIGRACIÓN EN TRÁNSITO
La previsión del CEMLA va en la misma dirección que la explicada por el Banco Mundial cuando estimaron que “seguirán fluyendo (las remesas) debido al considerable número de migrantes en tránsito que se han quedado en México y Guatemala”.
La migración en tránsito ha sido ampliamente estudiada por expertos del Banco Mundial. Se refiere a las personas que abandonan su país y cruzan fronteras para asentarse en un territorio que ofrece mayor estabilidad, como ha sido el caso de Estados Unidos para América Latina y el Caribe. O bien Europa para los africanos. Los países que se han vuelto destino para los migrantes en tránsito son México y Guatemala, así como Marruecos, Libia y Egipto donde se quedan los migrantes de camino a Europa. En todos los casos, los emigrados se enfrentan a mayores controles fronterizos y restricciones de viaje que les impiden llegar a su destino final, y tienen que permanecer en países de tránsito y reciben fondos de sus familiares.
Tal como lo ha explicado en entrevista el experto del Banco Mundial, Dilip Ratha, estas remesas recibidas por los migrantes en tránsito, son algo diferentes de las captadas por las familias en México.
Son similares en sus impactos a los ingresos del turismo, en su mayoría a corto plazo y generalmente positivos para la economía local, pero también funcionan como una especie de amortiguador para pagar los gastos generados conforme avanzan rumbo a su destino final.
En contraste, la remesa tradicional ayuda en gastos relacionados con la vivienda, la salud y educación de los hogares receptores.
MÉXICO
AGENCIAS