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En el mes de mayo, uno de los reactores de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, en Veracruz, registró un calentamiento inusual que alcanzó los 100 grados Centígrados, un hecho de alto riesgo.
De acuerdo con lo que publica el diario español ‘El País’, fue la mañana del 19 de mayo del año en curso cuando uno de los reactores de la central registró los 100 grados Centígrados. Horas antes, el reactor había superado los 65.6 grados Celsius, el límite permitido para evitar el aumento en la presión.
Ante tal situación, el personal de la planta evitó suspender la operación y demoró la activación del sistema de ventilación.
A las 10:44 horas del 17 mayo pasado, el reactor volvió a ponerse en marcha luego de 14 días de retraso en el recambio del uranio que nutre a la planta. La instalación solo tenía disponible uno de los dos enfriadores (chiller), que posee seis ventiladores, del Sistema de Agua Helada del Pozo Seco (la cavidad donde se aloja la vasija del reactor y que consta de cables, tuberías, motores e instrumentos).
El repuesto estaba en mantenimiento por bajo nivel de refrigerante.
Para las 07:05 del 18 de mayo, la Unidad 1 (U1) se reconectó a la red eléctrica nacional, pero dos horas después el chiller frenó cuando el reactor operaba con una potencia de casi 20 por ciento, y por lo cual la temperatura de la contención primaria inició su recalentamiento, según la Notificación de Evento Reportable 1-006/2022 (documento que registra fallas en la instalación), obtenido mediante transparencia.
A las 09:00 horas la temperatura alcanzó los 65.6 grados centígrados, el límite permitido. Una hora más tarde, la temperatura subió a 82 grados, y para las 14:00 horas los trabajadores decretaron el paro forzado (scram) de la U1.
El País señala que en el pozo seco, donde se ubican todas las tuberías que trasladan el vapor de la vasija del reactor hasta el edificio de turbina, se genera mucho calor, disipado por ventiladores y sistemas de aire acondicionado, enfriados por los chillers.
El diario español cita una fuente anónima de Laguna Verde que señala: “La acción inmediata era apagar el reactor. Esto demuestra una ausencia de una fuerte cultura de seguridad al no haber tomado esa decisión”.
El país publica que a las 9:38 horas del 19 de mayo, el personal detectó oscilaciones en la vasija del reactor causadas por la formación de vapor por la alta temperatura en la contención primaria, y quedó fuera de servicio del Sistema de Remoción de Calor Residual (RHR-B).
Casi una hora después abrieron las válvulas de venteo de la contención primaria para disipar la acumulación gaseosa y cerraron los escapes a las 12:28 horas.
Por su parte, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS), el regulador mexicano, aseguran que esas emisiones son inofensivas, pero no han sido evaluadas de forma independiente.
Mientras que a las 10:43 horas reinició el RHR-B, con una temperatura de 100 grados. A las 10:57 horas el enfriador revivió y la temperatura empezó a bajar. En suma, el calor se situó por encima de 100 grados durante más de 10 horas.
El País señala que hechos como estos se reflejaron en el nivel de generación eléctrica de la nucleoeléctrica, que posee una capacidad instalada por reactor de 820 megavatios (MW) y que representa cuatro por ciento de la capacidad eléctrica de México y el dos por ciento de la generación total del país.
Añade que la planta generó 428 MW el 19 de mayo; 466, el 21 de mayo; y nada el 22 de mayo, como se indica en el Observatorio de Transición Energética de México.
También, apunta que pese a la evidencia existente sobre fallas recurrentes en Laguna Verde, la CFE insiste en que la planta opera con seguridad y eficiencia. Consultada por El País, la CFE no respondió al respecto.
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