PROTESTAS EN CUBA

En el artículo anterior hablamos que el 11 de julio, miles de personas salieron a las calles en Cuba para protestar pacíficamente por la economía, la escasez de medicamentos, la respuesta a Covid-19 y las duras restricciones a la libertad de expresión y de reunión.

El 14 de julio, representantes de la Fiscalía General y del Ministerio del Interior dijeron en la televisión estatal que estaban investigando la responsabilidad individual en la organización de las protestas y los “delitos” cometidos durante las mismas y los datos de la red Netblocks muestran que varias redes sociales y plataformas de comunicación, como Whatsapp, Facebook e Instagram, fueron interrumpidos en Cuba desde el 12 de julio.

No es la primera vez que esto ocurre. Las autoridades tienen un control casi total de internet en Cuba, y a medida que el país se ha ido moviendo en línea, las autoridades han controlado y censurado internet.

En 2019, durante el referéndum constitucional, el Observatorio Abierto de Interferencias en la Red (OONI, por sus siglas en inglés) constató igualmente que los medios independientes habían sido bloqueados y que ETECSA, la única empresa de telecomunicaciones de Cuba, había cambiado sus técnicas de censura.

Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los líderes del Movimiento de San Isidro, al que Amnistía Internacional ha nombrado preso de conciencia en tres ocasiones desde marzo de 2020, se encuentra entre los detenidos, al parecer en Villa Marista (sede de la seguridad del Estado).

Antes de las protestas, Luis Manuel había publicado un vídeo en el que indicaba su intención de unirse a las protestas.
¿Qué ocurrió el domingo 11 de julio?

Las autoridades cubanas han utilizado el derecho penal para encarcelar y silenciar las voces alternativas en el país durante décadas.

Junto con los despidos arbitrarios del empleo estatal como táctica para despojar a la gente de sus medios de vida, esto ha creado un profundo clima de miedo en Cuba durante décadas.

La protesta del domingo pareció simbolizar una ruptura de este miedo.

Muchas personas cubanas de a pie protestaron por primera vez en años por la situación económica, agravada por la pandemia del Covid-19, la falta de medicamentos y las restricciones a la libertad de expresión.

El Movimiento de San Isidro es un grupo, compuesto por artistas, académicos, personas LGBTI y pensadores alternativos, que ha generado un diálogo sobre las duras restricciones a la libertad de expresión en los últimos meses y años.

Por ello, han sido blanco constante de la represión de las autoridades.

¿Qué pasará ahora y cómo han respondido las autoridades?

Aunque las protestas del domingo 11 de julio fueron mayoritariamente pacíficas, las autoridades desplegaron a la policía y las fuerzas de seguridad para dispersar y detener a las personas manifestantes.

El presidente Díaz-Canel pidió a los “revolucionarios” que se enfrentaran a quienes manifestaban.

Los informes sobre el número de personas detenidas oscilan entre más de un centenar y miles.

Se informa de que al menos una persona ha muerto en el marco de las protestas.

No está claro si las autoridades liberarán a las personas, o si las protestas volverán a empezar.

El gobierno cubano ha atribuido la escasez al prolongado embargo impuesto por Estados Unidos.

El embargo obstaculiza o limita la posibilidad de asistencia, como ha dicho Amnistía Internacional durante décadas, y como los expertos de las Naciones Unidas y otros han destacado en el pasado y durante la respuesta de Covid-19 el año pasado.

Sin embargo, la existencia del embargo no justifica la respuesta represiva de las autoridades cubanas a las protestas del domingo.

¿Usted qué opina?

Fuente: https://www.amnesty.org
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