Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa

En realidad no importa cuántos sean los integrantes de una casa para evitar que se desmorone. Hay familias que se componen de ambos padres y un solo hijo, otras familias están llenas de hijos, en otras familias falta el papá o quizá la madre, pero sigue siendo una familia.

Todos los que formamos ese núcleo familiar estamos obligados a poner de nuestra parte para sea lo que Dios ha intencionado. Una familia felíz no es de agrado para el enemigo pues fue la primera institución que atacó. Siempre el enemigo procurará que un integrante de la familia sea el que siembre la nota discordante, que se la oveja negra, que sea el que está mal, que se aquel que provoca, que es aquel que lleva la contraria en todo; cuando el enemigo logra eso, entonces empiezan a caerse por piezas así como cuando una pieza del techo se ha empezado a despegar ó está desgastado y eso es lo que ocasiona que se cuele el agua y empiece a gotear.

Por lógica, lo primero que hacemos es arreglar ese espacio para evitar un desastre mayor; la negligencia como dice el pasaje que hemos leído puede empezar a llovernos por todos lados.

Cada uno de nosotros debemos de descubrir si somos nosotros esas tejas rotas, esos techos desgastados que estamos causando desastres y tristezas en casa. Debemos de asumir la responsabilidad y aceptar que las cosas en mi casa no andan como deben andar ó como merecen ser por nuestra culpa. Somos los obligados numero 1 a encaminar las cosas por buen camino.

Este no es tiempo de buscar culpables sino el tiempo de asumir responsabilidades y comenzar a trabajar para que cada uno de los de casa inicie una vida feliz.

1.- Voy a elogiar a mi esposa:
Cantares 4:1 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;
Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;
Tus cabellos como manada de cabras
Que se recuestan en las laderas de Galaad.
Y sus esfuerzos por mantener una casa en orden.
Por la buena comida que hace.
Por mantener a mis hijos siempre presentable.
Por su buen juicio en administrar las finanzas.
Su vestido, peinado, aseo personal, su cuerpo etc.
2.- Voy a elogiar a mi esposo:

Cantares 5:16
Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable.
Tal es mi amado, tal es mi amigo.
Oh doncellas de Jerusalén.
Por mostrar interés en que las necesidades de la casa esten siempre suplidas.
Por ser un hombre trabajador, responsable, cariñoso no solamente con los hijos sino que también con su cónyuge.
Porque siempre está dispuesto a hacer sacrificios por todos sin quejarse.
Por ser un hombre preocupado porque todos nosotros podamos tener lo que mejor.
Por ser un hombre accesible, ninguno de nosotros le tiene miedo para hablarle inclusive de temas delicados que se dan en familia.
3.- Voy a elogiar a mis hijos:
Proverbios 23:25 Alégrense tu padre y tu madre.
Y gócese la que te dio a luz.
Por ser considerados y no exigir cosas cuando ellos mismos se dan cuenta que la economía de la casa no es la mejor por ahora.
Por responder en sus compromisos escolares.
Siendo comprensivo con ellos y sus gustos de joven, pues recuerdo que yo también fuí jóven y que hay ciertas cosas que ellos a su edad quieren hacer.
4.- Voy a elogiar a mis padres:
Proverbios. 23:22 Oye a tu padre, a aquel que te engendró;
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
Porque nunca me han negado nada.
Porque me han perdonado cuando he cometido faltas graves.
Porque nunca se han dado por vencidos cuando yo les fallé.
Por haberme enseñado a amar a Dios, a servir a Dios y vivir para Dios.
Dios le conceda y le permita ver a su familia Feliz.
Y la mejor manera de ver a tu familia cada día mejor, será buscando a Dios leyendo la biblia y acercarte a Jesucristo el salvador.

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