Sendic Aguirre/LIBERAL: Buscan la madera al ser más barata que el gas.

Para Ángel no hay imposibles

A sus 28 años Ismael ayuda a su familia a cargar leña en la playa para cocinar antojitos.

COATZACOALCOS
SENDIC AGUIRRE

Son las 10:00 horas y el sol está a plomo, la temperatura indica que hay 32 grados centígrados, pero la sensación térmica es mucho más, pero todo ello no impide que Ángel Ismael Cruz Cortés brinde su mejor esfuerzo para cargar cientos de trozos de madera para ayudar a su familia.

Toda la leña que junta Ismael y su familia, sirve para cocinar antojitos veracruzanos, como tamales, pellizcadas, empanadas, y otras delicias, porque a eso se dedican, realizan alimentos y después las reparten en las calles al ofrecerlos en un triciclo casa por casa.

Ángel Ismael tiene 28 años de edad y tiene síndrome Down, es un joven muy alegre, que tiene un carisma gigantesco y no solamente está escrito en su nombre, sino que tiene un ángel enorme.

Sabe que puede ayudar a su familia de muchas maneras, por lo que apoyar a cargar la leña y colocarla de manera correcta para su traslado, es una de ellas, así que lo hace con gusto y con una sonrisa de oreja a oreja.

Mientras platica hace gesticulaciones de pesas, posa con los troncos cargándolos, hace muestras de que están muy pesados, pero para él no hay nada imposible y lo soporta en sus brazos.

Angel Ismael, por su condición, claro que no está solo lo acompaña su hermana Sandra Esmeralda, junto a su esposo, porque entre familia, todo es más fácil, inclusive la carga tan pesada como la de la leña.

Todos se levantan muy temprano para salir de la colonia Fidel Herrera, cerca de la zona de la Alameda, se trasladan hasta la playa para llegar desde las 07:00 horas y comenzar a buscar la madera.

Seleccionan la mejor, la que se encuentra más seca, aunque los troncos estén grandes, lo suben a un triciclo para cargarlos, una vez que reunen una cantidad suficiente que puedan mover, la llevan cerca de la barda perimetral del malecón.

Al joven le fascina comer los tamañitos de pollo y los de chipil, porque saben: “Bien, pero bien ricos” dice.

Sandra Esmeralda ve con ojos de ternura a su hermano, porque asegura no se trata de un muchacho que tenga maldad en su corazón, sino se trata de un hombre que tiene una inocencia y un corazón con mucho para dar.

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