AGENCIAS/LIBERAL La cárcel no ofrece actividades laborales, educativas, deportivas ni culturales, y la atención médica es gravemente deficiente.

Mueren otras tres mujeres dentro del Cefereso 16

En menos de tres meses, el Cefereso 16, la única prisión federal para mujeres en México, ubicada en Morelos, ha registrado la muerte de tres internas: Yadira, Samantha y Giovanna. Todos los decesos han sido reportados oficialmente como suicidios, al igual que las 11 muertes de mujeres en 2023 dentro de este penal. La situación ha encendido alarmas entre organismos de derechos humanos y autoridades, quienes señalan la cárcel como un “cementerio para vivas”.

Las condiciones en el Cefereso 16 han sido objeto de controversia durante años. Las internas pasan hasta 23 horas al día en sus celdas, con comunicaciones limitadas a una llamada semanal de 10 minutos, debiendo elegir entre contactar a su familia o a su abogado. La cárcel no ofrece actividades laborales, educativas, deportivas ni culturales, y la atención médica es gravemente deficiente. Los medicamentos son escasos, y se ha reportado que puede tardarse hasta tres meses en obtener un paracetamol. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha criticado duramente la ausencia de atención médica odontológica, psiquiátrica y ginecológica.

El Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP) y diversas organizaciones de derechos humanos han exigido medidas urgentes. En 2023, el IFDP presentó 611 peticiones administrativas y 64 controversias en materia de salud para que el penal se responsabilizara de la atención médica. A raíz de la crisis de suicidios, que incluyó 11 muertes en solo nueve meses, la Defensoría Pública solicitó amparos para garantizar atención médica urgente para 58 internas. Aunque un juez concedió estos amparos de manera provisional, la prisión no cumplió con las medidas requeridas.

Samantha, una de las internas afectadas, murió el 20 de junio mientras esperaba atención médica. Samantha había sido trasladada desde Monterrey para cumplir una condena de 29 años, y había sido diagnosticada con ansiedad, habiendo intentado suicidarse anteriormente. A pesar de su situación, las autoridades penitenciarias continuaron aplicándole sujeción forzada, una práctica considerada peligrosa y no terapéutica según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El aumento en la población carcelaria ha exacerbado la crisis en el penal. De 781 mujeres en enero de 2022, la población creció a 1,224 en mayo de 2023. Para aliviar la sobrepoblación y mejorar las condiciones, al menos 51 mujeres han sido trasladadas recientemente a otras prisiones en el Estado de México y Ciudad de México, como Santa Martha Acatitla. Sin embargo, las autoridades federales no han proporcionado una respuesta pública sobre el manejo de la crisis en el Cefereso 16. La falta de acción y las deplorables condiciones siguen generando preocupaciones sobre la seguridad y los derechos humanos dentro de la prisión.

CDMX

AGENCIAS

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