Mitos y realidades del Dióxido de Cloro

El dióxido de cloro (CDS como se conoce comercialmente) es una solución al 28 por ciento de hipoclorito de sodio disuelta en agua destilada, que se utiliza como desinfectante de superficies, para descontaminar el agua y como blanqueador de papel. A pesar de que es un desinfectante industrial, ha ganado fama como “medicamento” para tratar o curar diversos padecimientos como la malaria, el SIDA, el asma, la diabetes, trastornos del espectro autista, el cáncer y actualmente el covid-19; sin embargo, no cuenta con pruebas ni estudios correctamente realizados que avalen su funcionamiento para tratar o curar alguna de esas enfermedades.

Trabajo como investigador en el Instituto de Microbiología de Praga, estudié la Licenciatura y la Maestría en la UNAM y es mi deber como científico alertar a la población sobre estos engaños. Aquí la respuesta a las preguntas más frecuentes que surgen respecto al CDS.

1.- ¿Cuál es la posición de distintas entidades gubernamentales y no gubernamentales respecto al dióxido de cloro? La Organización Panamericana de la Salud, la FDA (Food and Drug Administration de Estados Unidos) y dependencias gubernamentales en México, España, Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay, Bolivia y un largo etcétera han lanzado boletines de alerta para que la gente no se intoxique al consumir el dióxido de cloro.

2.- ¿Qué efectos adversos puede tener el consumo del dióxido de cloro?
Los efectos adversos que han sido reportados dependen de la concentración y el tiempo de consumo, pero van desde vómitos, gastritis y diarrea hasta destrucción de glóbulos rojos, insuficiencia hepática aguda, insuficiencia renal y ritmos cardíacos anormales (FDA).

¡Ojo! El problema del dióxido de cloro está tan difundido que múltiples aseguradoras en México han informado que no cubrirán complicaciones ocasionadas por covid-19 si el paciente consumió CDS como tratamiento o prevención.

3.- Entonces, ¿por qué el senado boliviano aprobó el uso de dióxido de cloro para tratar el covid-19 y cómo les ha resultado?
El Ministerio de Salud Boliviano, conformado principalmente por expertos en la salud, ha sido enfático en su rechazo en el consumo del dióxido de cloro. Sin embargo, por ignorancia y tozudez, el senado decidió ignorarlos y aprobó su venta general en el país desde agosto del año pasado.

A 9 meses de aquella decisión, si revisamos los casos de covid-19 en Bolivia, encontramos que 4.1 por ciento de los enfermos fallece. Si lo contrastamos con los países vecinos: Chile (2.1 por ciento), Argentina (2.1 por ciento), Paraguay (2.3 por ciento) Brasil (2.7 por ciento) y Perú (3.4 por ciento) nos percatamos que la situación boliviana está peor que la de los demás países de la zona. Los datos son contundentes, el dióxido de cloro no ha ayudado a Bolivia a controlar el covid-19. Lo que sí ha ocurrido, y lo han reportado las autoridades sanitarias, es la intoxicación por consumo de dióxido de cloro en distintas ciudades como Cochabamba y El Alto.

4.- Algún conocido se curó de covid-19 consumiendo dióxido de cloro, ¿cómo sucedió eso?
Ese amigo, vecino o familiar suyo no se curó gracias al dióxido de cloro sino a su sistema inmunitario. Varía de país en país, pero de acuerdo a estadísticas globales de covid-19, 85 de cada 100 pacientes con dicha enfermedad no requieren hospitalización y se curan solos. Esos casos que usted conoce simplemente pertenecen a ese 85 por ciento. En respuesta a esto, existen casos bien documentados de gente que ha consumido dióxido de cloro al estar enfermo de covid-19 y aun así han muerto a causa del coronavirus. Roberto Mérida, director de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Regional San Juan de Dios en Tarija, Bolivia, sostuvo a finales de marzo de 2021 que 85 por ciento de los pacientes fallecidos por covid-19 en esa unidad había consumido dióxido de cloro como una forma de tratamiento o prevención.

Lo anecdótico no tiene valor en ciencia pues no se verifica que la mejoría del paciente sea gracias al producto consumido. Para realmente validar la seguridad y funcionamiento de un producto es necesario llevar a cabo ensayos clínicos rigurosos y el CDS no cuenta con ellos.

(La explicación anterior no pretende minimizar las muertes ni los estragos ocasionados por el covid-19, pues soy consciente que 15 de cada 100 pacientes con coronavirus requieren hospitalización, algunos de ellos ingresan a la Unidad de Cuidados Intensivos y, desafortunadamente, en ciertas ocasiones culminan con la muerte del individuo).

5.- Un amigo lleva 1 año ingiriendo dióxido de cloro y no se ha enfermado de nada ¿cómo se explicaría eso?
Nuestro sistema inmunitario es tremendamente fuerte y nos defiende de los virus, bacterias y parásitos en todo momento. Yo llevo más de 2 años sin enfermarme de nada y no he consumido dióxido de cloro ni una sola vez en mi vida. ¿Por qué atribuir a un compuesto las maravillas que realiza nuestro propio cuerpo?

De la misma manera en que no me gustaría ser estafado producto de mi ignorancia en temas de economía u otros temas en que no soy experto, gracias a mi ética y mi compromiso por divulgar el conocimiento científico, considero prudente alertar a la población en contra del dióxido de cloro. Si la gente gusta comprarlo para desinfectar su celular, los suelos, la mesa o los baños, adelante. No obstante, bajo ninguna circunstancia recomendaría ingerirlo.

Como sociedad hemos sido bastante exigentes con el desarrollo de las nuevas vacunas contra covid-19 y eso debe aplaudirse. Mantengamos esos mismos estándares con los productos engañosos que intentan lucrar con la esperanza ajena. Ahora una pregunta para ustedes: ¿Por qué deberíamos de poner nuestra salud en un producto que no ha probado ser eficaz ni seguro para nosotros?

Agencias/CDMX

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