Alfredo Estrella/LIBERAL: Don José, de 87 años, fue abandonado a su suerte por sus cinco hijos.

‘Mientras más años viva, mejor’

Don José Salomón Jáuregui, de 87 años de edad, sobrevive vendiendo dulces en la esquina de las calles José María Morelos y Antonio Ortiz Ríos, en la colonia Santa Clara de Minatitlán. Es un negocio que apenas le reditúa 37 pesos mensuales, ya que casi nadie le compra.

Aunque en realidad vive de la caridad de la gente, ya que su pensión de Bienestar la destina a pagar la renta del cuarto donde vive solo, sin la compañía de nadie. “Adelanto los pagos de las mensualidades de la renta”, comentó.

Es originario de Rodríguez Clara, Veracruz, pero lleva más de 60 años residiendo en la ciudad de Los Flechadores. Desde hace algunos años, renta un cuarto en la calle José María Morelos, en la colonia Santa Clara.

Con el peso de la edad sobre sus hombros, reveló que tuvo cinco hijos: “cuatro hombres y una mujer”, a quienes bendice todos los días desde lo más profundo de su corazón, a pesar de que los considera ingratos y malagradecidos.

Lo peor, según relató, es que uno de sus hijos es millonario y vive en Mérida, Yucatán. Es un empresario pudiente que, en una ocasión, lo llevó a vivir con él a Mérida. Sin embargo, recordó que ni su nieto ni su nuera lo quisieron en su casa y lo mandaron de regreso a Minatitlán, únicamente con el dinero del pasaje de autobús, y hasta eso a medio boleto, ya que tiene la credencial de adulto mayor.

“Cuando mi nuera me regresó desde Mérida a Minatitlán, no tenía nada porque vendí todas mis pertenencias para juntar el dinero del boleto de ida. Me vi en la calle, durmiendo en el suelo. No me quisieron allá porque ellos tienen su carácter y yo el mío”.

Don José es un hombre de fe y dice que no tiene miedo de morir en la calle ni solo en su cuarto, porque le agradece a Dios haberle permitido vivir hasta la edad que tiene: “Mientras más años viva, mejor”.

SE HA CAÍDO 17 VECES

Desgraciadamente, no puede caminar solo por falta de equilibrio. Debido a este problema, se ha caído 17 veces y se ha fracturado el cráneo en cinco ocasiones. Además, a causa de los golpes en la cabeza, está perdiendo la vista en uno de sus ojos.

La gente lo ayuda en su día a día, ya que lo conocen por haber sido trabajador de base en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de donde se jubiló el 8 de noviembre de 1982.

En esas fechas, sus hijos ya eran mayores, y él decidió ayudarlos con la esperanza de que alguno se hiciera cargo de él en su vejez. “Tengo hijos taxistas aquí en Minatitlán que pasan frente a mí todos los días, pero no me dan ni el saludo, y por eso siempre los bendigo”.

“Pensé que ellos me iban a ayudar cuando ya no tuviera fuerzas para trabajar, pero me fallaron”, añadió. La triste realidad es que todos sus hijos y nietos lo abandonaron a su suerte.

Todos los días, sus vecinos lo sacan a la calle para vender dulces desde las 09:00 horas y lo vuelven a meter a las 18:30 horas, cuando está a punto de anochecer.

DOLORES EN LOS HUESOS

Don José padece de presión alta desde hace 19 años. No es diabético, pero se queja de dolores en los huesos, por lo que tiene que tomar muchos medicamentos.

Hace tres meses, en este año 2024, buscó refugio en la casa hogar para ancianos de la colonia Ejido Tacoteno de Minatitlán, donde intentó internarse para vivir allí, pero le dijeron que no lo podían recibir porque no llevaba una recomendación. Entonces, buscó la recomendación de la presidenta del DIF, Vianey Cruz Medel, hija de la alcaldesa, Carmen Medel Palma, y se la dieron.

Sin embargo, al regresar a la casa hogar, la religiosa le advirtió que, al entrar, no podría salir jamás de ese lugar más que en un ataúd, y que perdería su pensión del Bienestar, los recursos del gobierno federal que recibe y que ocupa para pagar la renta mensual del cuarto donde vive actualmente.

Así que decidió dar la vuelta y regresar a vivir solo, pero en libertad, a pesar de que le toma una hora ponerse los calcetines, ya que uno de sus brazos está inservible y le duele mucho.

A DETALLE
Es un hombre de fe que, literalmente, vive solo en la calle. Dice que Dios le da todo lo que necesita y, a pesar del abandono de su familia, los bendice a todos.

37 PESOS
Al mes llega a reunir por la venta de dulces porque casi nadie le compra.

MINATITLÁN
ALFREDO ESTRELLA

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