Cortesía/LIBERAL Mary Sam, una mujer de mucha fe.

Mary Sam, altruista de corazón

Nunca como ahora es importante reconocer la participación de grandes mujeres en el desarrollo de Coatzacoalcos, donde destacadas empresarias han hecho historia en el crecimiento de este municipio, realizando una valiosa labor empresarial creando fuentes de empleo, además de hacer un trabajo social para beneficiar a quienes menos tienen.

Mujeres que han dedicado gran parte de su tiempo apoyando a asociaciones o fundaciones, que tienen como objetivo mejorar las condiciones de vida de la población vulnerable o de quienes viven al día.

Este es el caso de doña Mary Sam, una mujer ejemplar que ha hecho historia en Coatzacoalcos.

SUS ORÍGENES

María del Carmen Sam Hernández, mejor conocida como Mary Sam, nace en Oaxaca, Oaxaca el 26 de octubre de 1930, por lo que está por cumplir 90 años, gozando de cabal salud y activa como ha sido su costumbre siempre.

Su padre fue un migrante japonés y su madre una indígena oaxaqueña. Quedó huérfana de padre a los 7 años y su madre se volvió a casar, por lo que Mary Sam se va a vivir con su abuelita que era una mujer muy conservadora y la obligaba a ir a la escuela y a la iglesia todos los días.

Su abuelita tenía un puesto de venta de flores en el Mercado Benito Juárez en el centro de Oaxaca. Ahí Mary les vendía flores a los gringos en el Hotel Marqués del Valle. Le gustaba mucho el comercio, pero no le agradaba ir a la escuela por lo que solamente cursó hasta el tercer año de primaria.

Desde pequeña Mary Sam se distinguió por ser una mujer rebelde y de ideas firmes, por lo que a los 12 años decide irse a vivir al Distrito Federal en busca de mejores oportunidades de vida con su primo hermano José Alonso Hernández, con quien mantuvo una cercana amistad.

En México conoce a su esposo Esteban, quien era originario de Coatzacoalcos y al llegar a vivir al Puerto abren juntos su primera coctelería (1959), que en poco tiempo se convertiría en un negocio muy concurrido. Inicialmente estuvieron ubicados donde ahora está el restaurante Piquitos, que era un terreno de su suegra que luego le vendieron a don José Vasconcelos.

Al separarse de su esposo doña Mary tiene que construir en donde actualmente está el restaurante Brazao (1975), así que en un tiempo estuvieron funcionando dos negocios con el nombre de Piquitos, uno atendido por su exesposo y otro por doña Mary Sam.

Posteriormente donde originalmente estuvo Piquitos, don José Vasconcelos puso el restaurante Angies, atendido por su hija, que luego tendría que cerrar y le vendieron el terreno a doña Mary Sam en 1981, entonces comienza a construir el restaurante Piquitos como es en la actualidad.

El nombre de Piquitos nace de una marca de cerveza de la Cervecería Corona llamada Pico de Oro, que ahí se vendía mucho en cuartitos y la gente comenzó a llamarle coloquialmente “Piquitos” al lugar. Por cierto, la primera patente para venta de licores se obtuvo durante el gobierno de don Pancho King, gracias a la intervención del director del Puerto, Matías García Cobos.

Desde entonces el éxito le ha sonreído a doña Mary Sam, pero esto no sería posible sin la participación administrativa y empresarial de su hijo David Arreola Sam, quien por años ha estado a su lado haciendo de Piquitos el mejor restaurante de Coatzacoalcos, que con el tiempo se ha convertido en un consorcio gastronómico junto con salón de eventos El Cielo y el restaurante Brazao.

Cuando se le pregunta a doña Mary Sam cuál es la fórmula para lograr el éxito, contesta sin tanta vuelta “trabajo más trabajo y más trabajo”. Y en efecto es lo que ha hecho durante su vida doña Mary, trabajar.

MANO QUE DA NUNCA ESTARÁ VACÍA

Una de las mayores vocaciones de Mary Sam es el altruismo, porque dice que “Mano que da nunca estará vacía” y lo ha demostrado siempre presidiendo asociaciones de voluntariado, donde ha emprendido acciones de beneficio colectivo, como la construcción de un taller para la fabricación de ortesis y prótesis, donde se empleaba personal con capacidades diferentes con maquinaria especial para la fabricación de aparatos en tiempos del alcalde Armando Rotter.

Continuamente doña Mary Sam ha entregado aparatos ortopédicos a personas con alguna discapacidad en condiciones de pobreza extrema.

FUNDACIÓN MARY SAM

Posteriormente constituyó la Fundación Mary Sam con la finalidad de apoyar a niños en pobreza extrema de alto rendimiento en nivel primaria, con calificaciones de más de 9. A estos alumnos se les pagan las inscripciones, uniformes y útiles escolares. Muchos de los jóvenes que recibieron estos apoyos, ahora ya son profesionistas y le viven agradecidos.

Dice doña Mary Sam que “la mejor inversión que podemos hacer es en los niños, porque son el presente y futuro de este país, ya que si de pequeños reciben un apoyo se crea en ellos una conciencia de responsabilidad y compromiso social”.

Una de las acciones más destacadas realizadas a través de la fundación es apoyar a internos en pobreza extrema con la gestión de sus preliberaciones, con recursos económicos para cubrir la fianza, siempre y cuando el delito cometido esté catalogado como menor y el recluso no haya sido reincidente.

UNA MUJER DE FE

Doña Mary Sam es una mujer de fe, que se ha formado en el trabajo diario, pero que ha mantenido una cercanía con la iglesia católica, trabajando siempre en la construcción de diversas capillas en áreas marginadas del municipio, por ejemplo, la construcción de la capilla del Cereso Duport Ostión.

Promovió también la construcción de un comedor comunitario para niños en colonias marginadas de Villa Allende, para lo cual donó el terreno de mil metros que apenas se va a construir con apoyo de la comunidad.

Pero ¿a qué se debe que a doña Mary Sam siempre le vaya bien? Pues la clave está en que ella aun cuando ya es una mujer de 90 años se sigue levantando a las 5 de la mañana todos los días y sigue al pie de la letra la máxima de que “solo les va mal a los flojos y perezosos”.

AMIGOS ENTRAÑABLES

Mary Sam siempre ha tenido entrañables amigos, algunos que ya se han marchado, pero que ella recuerda con mucho cariño, entre ellos está Lili Tubilla, Ana González, Cristina De Castro, Gloria Corrales de Osorio, Silvio Álvarez Salamanca, Francisco King, Nicanor González Orozco, Alberto Rodríguez Córdova, Agustín Morales Gordillo, Francisco Balderas, Sebastián Guzmán Cabrera, José Vasconcelos y Salim Domínguez.

Entre los amigos que le siguen visitando y con quienes guarda una sólida amistad están Rosita Caamaño, Esperanza Martínez de Alonso, Denise Osorio, Yolanda Versteg, Flavino Ríos, Samy Hayek, Ramón Hernández Toledo, Jorge Wade, Edith Carrillo y Any Lara.

Ha mantenido una excelente relación con los exgobernadores de Veracruz: Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado, Patricio Chirinos, Miguel Alemán y su esposa Cristian Magnani, Fidel Herrera y Javier Duarte.

Además de haber atendido en Piquitos a los expresidentes de la República Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

ESPERA CON FE EL CORREDOR INTEROCEÁNICO

Mary Sam es una mujer honesta y trabajadora que a sus 90 años no baja la guardia y sigue adelante con su consorcio restaurantero y con la labor social de la fundación que lleva su nombre, porque es una mujer que cumple con su palabra, tenaz y disciplinada. Ha dicho que ve en México al país de Alicia, porque es el país de las maravillas.

Le tiene mucha gratitud a Coatzacoalcos, región que vislumbra como el centro económico del sur sureste del país y le tiene mucha fe a la construcción del Corredor Interoceánico y a la reactivación de la industria petroquímica, ya que considera que la vocación natural de nuestro querido Coatzacoalcos es la petroquímica, además de seguir siendo uno de los puertos más importantes de México. Felicidades a doña Mary Sam, mujer ejemplar y visionaria.

Coatzacoalcos
Redacción

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