Los casos de abuso sexual que atormentan a una leyenda de las artes marciales

En marzo de 2018, un instructor del arte marcial jiu-jitsu brasileño de 31 años fue arrestado en un gimnasio en Naples, Florida. Fue acusado de tres cargos de agresión sexual a una adolescente de 16 años, quien era una de sus estudiantes y amiga cercana de la familia.

En la actualidad, ese caso no resuelto y otras acusaciones de conducta sexual inapropiada están sacudiendo al deporte y fijando las miradas en una de sus figuras más poderosas, Roberto Abreu, quien fue maestro de toda la vida y amigo cercano del hombre acusado de agredir a la joven de 16 años. Muchos en la comunidad del jiu-jitsu aseguran que Abreu pudo haber utilizado su influencia para exponer y denunciar enérgicamente las conductas sexuales inapropiadas en el deporte, pero en vez de eso minimizó la situación y no les brindó el apoyo adecuado a los acusadores.

En el caso de Naples, Abreu, de 40 años, quien es un peleador de gran prestigio conocido como Cyborg y propietario de una organización llamada Fight Sports, ha sido objeto de feroces críticas que aseguran que ha ignorado a la denunciante y le ha brindado apoyo al hombre que fue arrestado, Marcel Gonçalves, hasta el punto de incluso darle la bienvenida en un gimnasio de Fight Sports después de su detención.

Gonçalves y Abreu son de la misma región de Brasil, y Abreu es el padrino del hijo pequeño de Gonçalves.

En agosto, un destacado promotor de jiu-jitsu publicó varias acusaciones de conducta sexual inapropiada que involucraban a media docena de entrenadores y competidores vinculados a Fight Sports. En entrevistas con The New York Times, algunos acusadores y testigos describieron situaciones en las que Abreu desestimó un intento de agresión sexual e ignoró o intentó presionar a los acusadores o a aquellos que expresaron preocupaciones.

Abreu no enfrenta ninguna acusación de conducta sexual inapropiada y le dijo al Times que nunca había desestimado las preocupaciones de los acusadores o intentado intimidar a nadie.

Pero en un comunicado en Instagram el 13 de agosto, Abreu reconoció algunos errores. “A las víctimas y sus familias, les pido disculpas por mi mal manejo, mi mala preparación y mi falta de liderazgo oportuno para abordar las horribles experiencias que tuvieron que vivir”, escribió.

Abreu escribió que al intentar proteger a su ahijado había “fracasado drásticamente” en atender a la acusadora adolescente de Gonçalves “de manera adecuada, pública e inmediata”.

En respuesta a las preguntas escritas del Times, Abreu dijo que su organización estaba implementando políticas para prevenir comportamientos sexuales inapropiados en el futuro, incluyendo la capacitación sobre acoso sexual para todos los entrenadores y el personal.

Las acusaciones de agresión sexual dirigidas a peleadores e instructores vinculados con Fight Sports subrayan el fracaso de muchas organizaciones mundiales en la protección de las mujeres jóvenes que participan en los deportes. Tan solo este año han surgido escándalos relacionados con abuso sexual o psicológico en el baloncesto, waterpolo, nado sincronizado, esgrima, fútbol e incluso carrera de barco dragón. Las acusaciones vinculadas al jiu-jitsu siguen un patrón en el que los altos funcionarios y entrenadores, que operan con muy poca supervisión, son acusados de buscar proteger los intereses del deporte en lugar del de las víctimas.

Agencias/Internacional

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