La rectora Rosa Aurora Rodríguez Caamaño agradeció la visita de la cubana Daima Beltrán, doble subcampeona Olímpica de judo.
COATZACOALCOS
AGENCIAS
Con gran entusiasmo y un ambiente de camaradería, concluyó la Clínica de Judo impartida por la doble subcampeona Olímpica Daima Beltrán Guisado, quien durante varias sesiones compartió su vasta experiencia, técnicas de alto rendimiento y valiosas reflexiones sobre la disciplina, el esfuerzo y la mentalidad ganadora que caracteriza al judo, contando con el respaldo de la rectora Rosa Aurora Rodríguez Caamaño.
La jornada reunió a estudiantes, entrenadores y deportistas de toda la región, quienes tuvieron la oportunidad de aprender directamente de una de las máximas exponentes del judo internacional, fortaleciendo así sus conocimientos técnicos y su motivación para seguir creciendo dentro de este deporte.
En un emotivo cierre, Daima Beltrán Guisado reconoció la dedicación de los participantes y entregó reconocimientos a los maestros Tania Eunice Pérez Sánchez, Alejandro César Augusto Borrego Pérez y Desire Ramos Carmona, por su valiosa colaboración y compromiso con la formación deportiva.
Rodríguez Caamaño, quien dio la bienvenida a la destacada atleta resaltó la importancia de su visita para la formación deportiva universitaria.
Con serenidad y convicción, habló sobre el alto rendimiento, al que describió como “la parte más fuerte del deporte”, donde el éxito depende no solo del talento, sino del compromiso del competidor.
La exjudoca cubana, Campeona Mundial en París 1997 e Inglaterra 1999, subrayó que el papel del entrenador es decisivo en el desarrollo del atleta, pero también complejo.
“Siempre les digo que la relación entre entrenador y atleta es de amor y odio. El entrenador es quien más te exige, pero lo hace porque quiere lo mejor para ti”, dijo. Añadió que esa conexión va más allá del vínculo deportivo: “Compartes más tiempo con tu atleta que con tu propia familia”.
Durante la charla, Beltrán reflexionó sobre la impaciencia de algunos entrenadores jóvenes, quienes —dijo— esperan resultados inmediatos.
“El alto rendimiento no se logra en un mes ni en un año. Puede tomar dos o tres ciclos Olímpicos llegar a un resultado grande”, explicó.
Recordó que su propio camino al podio fue largo: “Llegué a la selección nacional con 14 años y me retiré a los 32; fueron cuatro ciclos olímpicos”.
Sobre sus medallas en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y Atenas 2004, la entrenadora relató detalles que marcaron su carrera.
Beltrán reconoció la influencia de grandes entrenadores cubanos en su formación, como Héctor Rodríguez y el profesor Zondín, y destacó la disciplina como base de todos sus logros.
FORMADORA EN MÉXICO
Desde 2012, Daima ha trabajado con la Selección Mexicana femenina de judo y más recientemente como coordinadora técnica y entrenadora estatal en Cancún, donde dirige también el equipo representativo de la Universidad Anáhuac Cancún. “México tiene grandes talentos, pero deben creérsela. A veces falta esa mentalidad ganadora para competir de igual a igual con europeos o japoneses”, afirmó.
En su experiencia, el judo mexicano ha contado con apoyo y resultados. “Cuando estuve en CONADE tuvimos respaldo, incluso de Japón. Ganamos oros en Centroamericanos y Panamericanos. El reto es mantener esa línea y seguir creyendo en los procesos”, señaló.
La entrenadora también compartió su etapa actual, centrada en la enseñanza formativa. “Ahora disfruto más trabajar con niños. Es maravilloso verlos crecer desde cero. Ya no busco solo el resultado, sino formar personas”, comentó. Para ella, el judo sigue siendo un deporte que enseña respeto, disciplina y valores. “Hemos perdido espacios frente a otros deportes, pero el judo mantiene sus principios. Eso es lo que nos diferencia”, agregó.
Cuando se le preguntó sobre la emoción de competir por el oro olímpico, respondió con emoción contenida: “Es indescriptible. Lo que se vive en unos Juegos Olímpicos no se repite en ningún otro evento. La energía, el ambiente, el reconocimiento… eso se queda en ti para siempre”.

MENSAJE A LOS ALUMNOS
Finalmente, Beltrán dejó un mensaje para los jóvenes judocas de Sotavento: “No existe una fórmula mágica. La semilla que yo deje depende de ustedes, de cómo la utilicen. Confíen en sus entrenadores, porque son quienes más creen en ustedes, incluso cuando ustedes no lo hacen”.
La rectora Rosa Aurora Rodríguez Caamaño agradeció la visita de la Campeona y destacó que la Universidad de Sotavento “mantiene sus puertas abiertas a quienes, como Daima Beltrán, inspiran con su ejemplo a nuevas generaciones de deportistas”.
“Estamos en este espacio para retribuir un poco de lo mucho que me ha dado el deporte”
Daima Beltrán Guisado
doble subcampeona Olímpica de judo
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