Luis Velázquez

La depresión, en el ADN/ Es un mal de familia/ De nada sirve tener todo

EMBARCADERO: Ernest Hemingway, el escritor norteamericano, tenía todo, absolutamente todo, para nunca haber caído en el viaje depresivo que el dos de mayo de 1961, a la edad de 62 años, lo llevara al suicidio dándose un tiro en la boca con la escopeta que usaba para cazar tigres y leones en África… Premio Nobel de Literatura y Premio Pulitzer de Estados Unidos… Llevaba publicados más de 25 libros… Algunas de sus novelas estaban convertidas en películas… Las actrices más bonitas y hermosas y famosas de su tiempo y las mujeres más bellas habían sido sus amantes…

ROMPEOLAS: Incluso, algunas de sus amadas amantes lo esperaban desnudas en la alberca en la Finca Vigía, en Cuba, con una botella de champagne enfriándose a un lado, mientras escribía las mil palabras diarias como cuota… Tenía mansiones en Cuba, Estados Unidos y París… Un yate que utilizaba para pescar en el Golfo de México y al que cambiaba de nombre de acuerdo con la mujer en turno… Era respetado por sus colegas escritores, grandes entre los grandes, como por ejemplo, Francis Scott Fitzgerald, John Dos Passos y William Faulkner…

ASTILLEROS: Había cubierto como cronista y enviado especial la Primera y la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil española… Fidel Castro le llamaba como tantos otros, “Papa Hem”… Gabriel García Márquez, otro Premio Nobel de Literatura, lo adoraba, y era su fans y su alumno más aventajado… Las mujeres solían enloquecer con su mera presencia y viajaban a Cuba para conocerlo soñando con una aventura, digamos, incluso, de fin de semana…

ESCOLLERAS: Tenía todo, absolutamente todo, para nunca, jamás, suicidarse… Pero la depresión, definida como un sórdido y siniestro “viaje a la oscuridad” por el escritor William Styron, lo llevó a quitarse la vida… Su padre se suicidó… Un tío se suicidó… Una sobrina se suicidó… La depresión, madre putativa del suicidio, lo tenía en el ADN… Y por eso, en repetidas ocasiones intentó pegarse un plomazo en la boca que así lo tenía pensado… La última de sus 4 esposas evitó varias ocasiones que se suicidara, pero el 2 de mayo de 1961 a las seis de la mañana, mientras ella dormía, Hemingway se levantó de la cama, en pantuflas se fue caminando, sin hacer ruido, al sótano, buscó la escopeta y pegó el tiro…

PLAZOLETA: Gabriel García Márquez estaba recién llegado a la Ciudad de México… Su único amigo, el escritor Juan García Ponce, le habló por teléfono hacia las 7 y media, 8 de la mañana, y le dijo: “La radio está diciendo que Hemingway se pegó un tiro por la depresión”… García Márquez guardó silencio unos segundos eternos y le dijo: “No hagas caso de la prensa. Es muy mentirosa”… En el transcurso de la mañana, la noticia fue confirmada en el mundo…

PALMERAS: Y es que la tendencia depresiva en las personas está más allá de tener todo, absolutamente todo, para la dicha y la felicidad, sin abrigar un espacio para “el viaje a la oscuridad”… Una doctora lo precisa en 3 palabras… “Es de familia”… Un factor genético… Se hereda… Se trae en la sangre… Persigue la vida como una maldición superior… A veces, hay tratamientos médicos eficientes y eficaces para que una persona levante el vuelo, aun cuando necesita vivir con las pastillas en el buró… Hemingway, incluso, estuvo en hospital siquiátrico y ni así pudo trascender “el viaje a la oscuridad”…

Malecón del Paseo
Luis Velázquez

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