* Un australiano entusiasta por la ciencia ha sido acusado de violar una ley de no proliferación nuclear por el conseguir el radiactivo plutonio.
En agosto de 2023, un joven de 24 años llamado Emmanuel Lidden se propuso una meta: coleccionar las muestras de los 118 elementos de la tabla periódica conocidos hasta ahora.
Podría parecer una idea genial. Sin embargo, Lidden pecó de aparente ingenuidad e importó desde Estados Unidos muestras del elemento metálico plutonio (Pu 94) al departamento de sus padres, en un barrio de Sídney, Australia.
A diferencia del uranio (U 92), que puede ser encontrado en la naturaleza, el plutonio es un elemento fabricado en 1940 por el ser humano. Se trata de uno de los metales más radiactivos que hay en la Tierra, el cual normalmente es usado para la fabricación de armas nucleares.
Tras haber pedido por internet una muestra de plutonio, funcionarios de la Fuerza Fronteriza Australiana (ABF, por sus siglas en inglés) hicieron un llamado de alerta por sustancias peligrosas que movilizó a bomberos, policías y paramédicos.
Tras llegar al domicilio de Lidden, las autoridades decomisaron uranio empobrecido, mercurio (Hg 80) y la pequeña muestra de plutonio. Este último elemento ha convertido al individuo en la primera persona en ser acusada en virtud de la Ley de No Proliferación Nuclear de Australia, por lo que arriesga una condena de hasta diez años de cárcel.
Tras llegar a territorio australiano, los paquetes que contenían las muestras de plutonio fueron identificados y marcados por la ABF. No obstante, la institución permitió de todas formas que estos elementos llegaran al domicilio de Lidden.
El coleccionista “sabía que se trataba de una sustancia radiactiva, pero se le permitió poseerla, y tal vez pensó que era posible porque se trataba de una cantidad mínima”, afirmó al tribunal australiano John Sutton, el abogado de Lidden, en declaraciones recogidas por The Guardian.
UN COLECCIONISTA INGENUO
Sutton aseguró frente al tribunal que el sujeto “no importó ni poseyó estos artículos con ninguna intención siniestra. Fueron delitos cometidos por pura ingenuidad”, por un “coleccionista y nerd de la ciencia”, que también es aficionado a reunir sellos y monedas.
“Fue una manifestación de autocomplacencia refugiándose en la colección, podría haber sido cualquier cosa, pero en este caso se aferró a la colección de la tabla periódica”, agregó el defensor.
APERTURA DE UN MERCADO ILEGAL
En tanto, los abogados persecutores consideran que es “erroneo” calificar a Lidden de coleccionista, porque la idea de recopilar estos materiales abre la puerta para la creación de un mercado ilegal.
El joven habría encargado las muestras de los elementos a un sitio web científico con sede en Estados Unidos, el cual se llamaría Luciteria, según reporta IFL Science.
“Estamos situados en el estado de Washington, EE. UU., y salvo contadas excepciones, como se ha señalado, podemos enviar muestras de elementos a la mayoría de los países con rapidez y a las tarifas más razonables”, se lee en el sitio web de Luciteria, que muestra actualmente al plutonio como “descontinuado”, aunque insiste en que es una muestra pequeña e inofensiva.
“Incluso si lo sacas de este cubo, cosa que te desaconsejamos encarecidamente, el husillo sería inofensivo a menos que te lo tragases. Y si fueras tan estúpido como para hacer eso, bueno, consulta a un médico lo antes posible”, explica la compañía, sobre los peligros del producto que venden.
CONSECUENCIAS PARA SU VIDA PERSONAL
Anteriormente, Lidden trabajaba como maquinista de trenes. Tras ser investigado, fue despedido y actualmente se desempeña en una cadena de comida rápida: “En contra de mi consejo legal, él reveló a su empleador que había sido investigado por la ABF”, contó Sutton al tribunal.
“Le despidieron por falta de transparencia y honradez, pero ¿cómo es eso posible? Ni siquiera había sido sentenciado y la recompensa por su honestidad fue el despido”, señaló.
“El nivel de la respuesta (de la ABF) fue una reacción exagerada, teniendo en cuenta lo que la autoridad investigadora ya sabía”, añadió Sutton. “En lugar de darle (al joven) la oportunidad de devolver los objetos, le arrojaron el fregadero de la cocina, junto con los utensilios que había dentro”, declaró el abogado.

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AGENCIAS