LUIS VELAZQUEZ

Inolvidable mascota/Lealtad perruna/Un año sin Don Gumy

EMBARCADERO: Cada mañana al despertar, hacia las 6 horas, “Don Gumy” ahí estaba, pendiente… Con lealtad, lealtad ciega, incluso, fidelidad perruna, esperaba a Héctor Fuentes Valdés para juntos caminar alrededor del parque de la esquina durante una hora y ejercitar los huesos viejos y desvielados… Trotaban juntos, conservando el mismo ritmo, nunca nadie adelante del otro… Y si uno se detenía, el otro también, en automático, como par de robots manejados desde central tecnológica… Una hora después, Héctor Fuentes se daba un baño para iniciar el día y “Don Gumy” se echaba a seguir durmiendo un ratito más… Fue el perrito, la mascota más leal de la vida… El día cuando murió de un paro cardíaco subiendo las escaleras de la planta baja al primer piso en casa fue sepultado en el jardín rodeado de flores…

ROMPEOLAS: Eran un french poodle, chiquito, listo, juguetón y amigable… Mascota de los hijos, cuando ellos crecieron y se fueron lo dejaron en casa con el argumento de que quería más a Héctor Fuentes que a todos ellos… Y es que, ni hablar, como el corazón se conquista y seduce con hechos y acciones, “Don Gumy”, primero, salía a pasear con Héctor todas las mañanas antes de la salida del sol y la mañana era fresca… Segundo, en las tardes jugaba con él… Tercero, en las noches dormía a su lado, a un lado de la cama… Y cuarto, se encargaba de bañarlo mientras oían música…

ASTILLERO: Por eso, tan unidos que eran, el día cuando murió significó el peor dolor y sufrimiento del mundo… Uno y otro estaban demasiado acostumbrados a ellos mismos… Incluso, en las tres comidas del día siempre se acostaba a un ladito suyo, porque antes ya había comido… Y cuando Héctor salía de casa en misiones especiales y demoraba varios días, “Don Gumy” se la pasaba en la puerta de la casa esperando su regreso y era la fiesta más intensa y frenética cuando ambos se reencontraban…

ESCOLLERAS: Llegó a casa como un bebé… Incluso, todos los días se le daba la mamila como a un niño recién nacido luego de detestar… Y cuando la familia salía a un mandadito por ahí, digamos, a la compra de la despensa, siempre lo llevaban y de patitas en la ventana del coche, tomaba el fresco… ¡Mucho le gustaba pasear en el malecón sintiendo y respirando la brisa marina!…

PLAZOLETA: Con “Don Gumy” a su lado, a nadie más necesitó Héctor Fuentes para vivir la dicha y la felicidad… Una sola vez se cruzó con una amiguita, pero la familia aquella ni un perrito les quisieron dar… Y cuando, ni modo, murió, entonces, Héctor decretó que en casa ni una mascota más porque el dolor era inaguantable… En su tumba en el jardín hasta una cruz levantó y siempre hay una veladora prendida… Y unas rosas rojas y amarillas crecen en tierra fértil…

PALMERAS: Se cumple hoy un aniversario de su muerte… Y como cada año, se le recordará mirando el álbum fotográfico familiar desde cuando llegó a casa hasta la alegría de los hijos jugando en el jardín… Hasta las fiestas en cada cumple… Hasta el día cuando fuera sepultado… Por fortuna, con los años, la herida de su muerte fue cerrando, pero desde entonces, ninguna sola mañana ni una sola tarde han transcurrido sin que se le olvidara ni extrañara… Eran las horas cuando ambos aprendían todos los días a quererse y necesitarse más por el sencillo hecho de estar juntos…

Malecón del Paseo
Luis Velázquez

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