Rolando Quevedo Lara

“Historias del PRI”/Quinta parte

¿Me sigue Caro Lector? Gracias.
Para Usted, que accidentalmente se encontró De Primera Mano hoy, debo decirle que el lunes de la semana anterior iniciamos este remedo de “ensayo” rimbombantemente llamado “historia del PRI”.
“Buceando” en el archivo, motivó el tema que desde hace 25 años, el mismo presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, hablara de su partido deslucido; la misma líder del CEN del PRI de aquellos años, senadora María de los Ángeles Moreno Huriegas, reconociera públicamente errores, frustraciones, derrotas, fracasos…
Ellos mismos, a todo lo largo y ancho de este México nuestro, aquilataban que su tricolor envejeció, que ya no era el mismo PNR que fundó Plutarco Ellas Calles, ni el PRM que vio la primera luz para abanderar los quehaceres del general Lázaro Cárdenas del Río, ni aquel PRI, que sirvió de plataforma de lanzamiento al licenciado Miguel Alemán Valdés.
Ellos mismos juzgaron los estragos de la “democracia a la mexicana”.
En la época del “Milagro Mexicano”, los sexenios de los veracruzanísimos Miguel Alemán (1946-1952) y Adolfo Tomás Ruiz Cortines (1952-1958), vivieron tiempos de jauja.
Los gobiernos de Adolfo López Mateos (1958-1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), se vieron empañados por importantes movimientos sociales.
Así pasó con los ferrocarrileros, médicos y maestros, antecedentes directos de los atropellos contemporáneos que culminaron con la matanza del 2 de octubre de 1968, que no se olvida.
Empero, el priismo estaba “completo”. La “ropa sucia” se lavaba en casa y poco trascendentes eran las pugnas en su interior. No había perdedores, ganaban de todas, todas.
Los vencidos ocupaban lo mismo una diputación, embajada, senaduría, gubernatura o una secretaría de estado. En los estados, en los municipios, Usted probablemente conozca la clase de caciquitos que hizo florecer ese corporativismo rampante.

CATASTROFE TRICOLOR
La debacle del priismo comenzó con la llegada del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), fueron incorporados jóvenes a las nóminas oficiales. La mayoría, no había abrevado nunca en las cristalinas aguas de la “Revolución Mexicana”.
Aparecen en la escena junto a otra larga fila de políticos de ideas socialistas, de donde surgiría un movimiento democratizador, que encontraría sus coincidencias ideológicas en los herederos del viejo partido comunista. Ese movimiento que motivó la tercera fractura del sistema priísta, se le conoce como Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Todo siguió igual… el pueblo dormido.
Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), el más gris, plomizo, apagado presidente priísta, se dejó mangonear por esos jóvenes y cometió el peor error de su vida: nombró a Carlos Salinas de Gortari, su sucesor (1988-1994).
Después de aquella gran ruptura, llegó el día en que “se cayó o calló” el sistema. Hoy, nos estamos enterando que ese silencio, de nueva cuenta fue motivado por las explosiones de las pistolas de alto calibre. Con dos asesinatos, Carlos Salinas de Gortari desde ese principio, sostuvo su imperio… y con dos asesinatos terminó, Luis Donaldo Colosio Murrieta y el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo
Después de aquella ruptura en 1988, le han significado al PRI serios descalabros en tres presidencias de la República, varias gubernaturas, diputaciones, senadurías, presidencias municipales y otras concerta-cesiones… el instituto político diseñado por Calles, en la inanición.
Más de lo mismo de todos los tiempos.
Desde 1929, hasta 2020… apenitas 91 años de “historia del PRI”… Y el hartazgo.

HISTORIA DEL PRI /Quinta parte
Retornemos al coloquio de Don Juan Pueblo.
Para la historia de la picaresca mexicana, el PRI ha aportado cientos de ejemplares de lo más folclórico… aunque un poco incompatibles con la pretendida modernización del país.
Anecdóticos pillos devenidos en gobernadores, más dignos de estar en un circo o museo de la Edad Media, que al frente de los destinos de un estado… Nombres…
Pongamos por caso a Rubén Figueroa, Tomás Marentes, Gonzalo N. Santos, Maximino Ávila Camacho, Práxedis Giner, Fernando López Arias, Fausto M. Ortega, Espartaco García, León Brindis y por supuesto, el farandulero-salinista Patricio Chirinos Calero… y eso, por anotar a unos cuantos.
Los hombres que el PRI ha designado para gobernadores, nefastos ejemplares de ineptitud y ratería en su inmensa mayoría…
En el renglón de presidentes municipales, no se ha quedado corto… y nos ha dado varias generaciones de caciques empistolados y folclóricos pirrurris dignos del cine nacional…
Todo lo anterior, remedo de la “historia del PNR, del PRM, del PRI”… de sus mujeres, de sus hombres, de sus presidentes, de sus gobernadores, de sus alcaldes… de sus diputados locales… y todo sigue igual… todo seguirá igual porque:
Los precios siguen subiendo, los funcionarios robando, la gente desapareciendo, los policías mordiendo, el gobierno hablando, Industria y Comercio durmiendo, el peso flotando, perdón, cayendo, el petróleo “enriqueciendo”, los maestros faltando, la gente murmurando, los campesinos huyendo, los obreros tomando, los gringos saqueando, Educación durmiendo, la banca jineteando, la prensa mintiendo, ¿el PRI?…

DEL PRINCIPIO AL FIN
SE LO juro, con la entrega del siguiente viernes, ¡ya basta!, terminamos con esta “historia”, aunque aún hay muchísimo más… HARTAZGO, pues…

De primera mano
Rolando Quevedo Lara
quevedo_r@yahoo.com.mx

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